La FeSP ha recordado la necesidad de crear un estatuto del corresponsal de guerra para ofrecer ‘la máxa protección’ a los periodistas que se encuentran en zonas de conflictos armados.
Es asunto, ya incluido en el proyecto de estatuto del corresonsal de guerra hace tres años, se recuerda ahora tras el atentado en el que se vio plicado el redactor gráfico Emilio Morenatti, fotógrafo de Associated Press en Afganistán.
La asociación se queja de lo ‘pernicioso’ que es la práctica de este tipo de periodismo, el cual tiene que viajar con los ejércitos para contar con la protección en este tipo de zonas. Esta práctica no ata ninguna seguridad al periodista, ya que, aunque esté tegido un bando, siempre se ve expuesto al fuego del adversario.
Estas prácticas, de igual manera, ejercen en algunos casos una ‘censura previa’ sobre el material que se emita según la FeSP, suponiendo ‘una dejación de la libertad de prensa’.
Los profesionales que viajan a cubrir guerras se encuentran bajo un riesgo altíso, pero los cámaras locales empleados los medios locales son ‘diana de todas las partes intervinientes’, explica la FeSP.
La asociación concluye su comunicado diciendo que ‘además de la inseguridad física, en muchos casos estos informadores carecen de cobertura logística y/o laboral y están sometidos a fuertes presiones desde las redacciones para obtener resultados que representan casi siempre asumir mayores riesgos’.
AGENCIAS