18/08/09 VENEZUELA 9.865 SUSCRIPTORES La Ley Orgánica de Educación de Chávez fue aprobada la vía rápida mientras en el exterior de la Asamblea Nacional una docena de periodistas eran atacados protestar la inconstitucionalidad de la decisión legislativa y pedir el aplazamiento del debate hasta septiembre. Para los medios de comunicación contrarios al régen el artículo 50 de esta ley penaliza el libre ejercicio del periodismo.
Pero no sólo los periodistas ven peligrar la libertad de expresión y prensa con esta nueva norma. Asociaciones de padres, profesores y movientos de estudiantes veían que las 48 horas en las que se aprobó la nueva ley no eran suficientes para estudiar con la profundidad necesaria sus 57 artículos, algunos de los cuales diferían a los del texto original presentado en 2001.
El polémico artículo 50, el que influye directamente a la profesión periodística, establece que el Ministro de Educación tendrá potestad para ‘cerrar los medios de comunicación que publiquen informaciones de hechos violentos o que atenten contra la moral’. Además, el texto faculta a los Consejos Comunales, dominados el propio Hugo Chávez, para evaluar a los maestros y controlar las escuelas.
Por tanto, según establece el nuevo decreto, ‘los medios deberán cumplir funciones informativas, formativas y de entreteniento que contribuyan al desarrollo de los valores y principios establecidos en la Constitución venezolana y sus contenidos deberán ir orientados a ello’. Asismo, señala que ‘los medios que incumplan estas condiciones, que instiguen a la indisciplina, promuevan un lenguaje indebido o atenten contra la salud mental y física de los ciudadanos, serán inmediatamente suspendidos’.
El texto de esta nueva ley es, en definitiva, muy silar al de la proposición legislativa presentada a finales del pasado julio en la que se amenazaba con condenas de hasta cuatro años de prisión para los periodistas que ‘atentaran los intereses del estado’, ‘causaran pánico’ o ‘pusieran en peligro la paz social’ mediante sus trabajos. Ofensas que se denominaron ‘crímenes mediáticos’.
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