‘La ética periodística es una bandera que hay que levantar cada día para mantener el prestigio y la credibilidad y así prevenir la desaparición de la profesión‘. Ésta es la recelta de la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) Magis Iglesias para aproxarse a las informaciones conflictivas marcadas las tragedias personales y la pérdida de seres queridos.
El accidente de Spanair es quizás un buen ejemplo de lo que no deben hacer los periodistas y los medios respecto de la cobertura de sucesos relacionados con el dolor de familiares y amigos. Durante la semana pasada, la televisión y la prensa no se cansaron de sacar las ágenes de lo sucedido acompañadas de testonios desgarradores de familiares pidiendo justicia. Incluso algún diario de tirad a nacional no dudó en publicar en prera página a dos jóvenes llorando amargamente la muerte de algún ser querido.
En la presentación del curso Aproxación de los periodistas al dolor, que la organización dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo del 24 al 28 de agosto, Magis Iglesias ha señalado que ‘está claro que, para conseguir la mejor información y la más fiable, no debemos necesariamente causar más dolor a las víctas en situaciones de crisis’. ‘¿Hasta qué punto los familiares de las víctas del accidente de Spanair tienen derecho a pedir la no emisión de ágenes del siniestro?’, cuestionó. ‘¿No insensibilizamos así a la sociedad para pedir medidas que eviten que algo así vuelva a repetirse?’, se preguntó.
En su intervención Magis también hizo mención a la polémica la filtración de la identidad del donante del trasplante de cara realizado en Valencia la semana pasada y recordó que los periodistas tienen la obligación de cumplir la ley y no desvelar los datos del fallecido. Criticó las filtraciones y acusó a las instituciones sanitarias su ansia de notoriedad, lo que les llevó a cometer la prudencia de facilitar más datos de los otunos. Sin embargo, subrayó que los medios de comunicación tienen la últa palabra para su publicación.
La presidenta de la FAPE no quiso dejar pasar la otunidad de analizar el actual momento que vive el periodismo, ’embarcado en una crisis coyuntural y de modelo’. ‘Para que el ejercicio de la profesión no se convierta en irrelevante los periodistas tenemos que ofrecer valor añadido en nuestras informaciones a la sociedad y eso significa atar credibilidad y rigor. Instó a recuperar el prestigio profesional y el respeto de la ciudadanía y señaló una vía para lograrlo: Asumir responsabilidades y renuncias para no caer en la tentación de convertir en espectáculo la información‘. ¿Quién comienza?
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