Fue una promesa electoral del PSOE en las elecciones de 2004, y repitió como promesa electoral, pero está vez del bando contrario, en los pasados comicios generales. Pero ¿se quedará en promesas? Les hablamos de la posibilidad de que la DGT se convierta en Agencia Estatal, rango que le otorgaría más competencias. Por el momento el Gobierno ha concedido 50.000 euros a la empresa Atos Origin para que analice el posible pacto que la transformación puede tener en nuestra sociedad.
La Dirección General de Tráfico es el objeto, que no sujeto de la cuestión. El organismo que dirige Pere Navarro podría cambiar su estructura y convertirse en la Agencia Estatal de la Seguridad Vial en la que, junto con el Estado, podrán participar representantes de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
De producirse, la actual DGT ganará en competencias y autonomía. Contaría con ‘los medios suficientes’ para la investigación de los accidentes de tráfico, la realización de pruebas de actitud para la expedición de los permisos, la supervisión de los centros de formación, el pulso de la educación vial, así como ‘la aplicación y evaluación de las medidas reeducadoras o de reciclaje que se adopten con carácter sustitutorio o complementario de las medidas sancionadoras’. Medidas que otorgarían un control más férreo sobre la actual normativa de seguridad vial.
El cambio podría llegar ahora que se acaban de cumplir los 50 años de la institución, un momento que muchas de las asociaciones afectadas han aprovechado para exigir el cumpliento de esta promesa al gobierno y conseguir así que se hablara de un organismo con mayor rango capaz de asumir competencias de otros ministerios como Fomento, Salud o Educación. En Francia, ya tienen algo silar, la figura de un delegado interministerial que coordina al resto de ministros en materia de seguridad vial. ¿Se hará realidad en España?
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