Cuesta arriba y frenando la caída libre. Tres actores principales, Rajoy, Camps y Aguirre. Cada cual ha interpretado el drama de la presunta corrupción de la trama Gürtel a su manera. Aguirre, fiel a su instinto político, ha destituido fulminantemente a sus tres diputados putados y barrido a los alcaldes madrileños presuntamente corruptos. Camps ha vendido con malas artes a su fiel vicepresidente y Secretario General del PP valenciano, Ricardo Costa. Y Rajoy, como casi siempre, no sabe, no contesta. Como un equipo de escaladores colgados todos sobre un abismo de la misma cuerda. Camps ha engañado a todos con una destitución fantasma, y Rajoy, aunque él no lo quiera ver, una vez más, se queda en la cuerda floja. Enorme dilema el presentado el Secretario General del PP valenciano, Ricardo Costa, cuando, el martes en su comparecencia, se negó rotundamente a servir de cabeza de turco para tapar los errores y presuntos delitos de su jefe. Si a Costa le destituye tener amistades peligrosas, son las mismas amistades y las mismas conversaciones que ha mantenido su jefe, el presidente valenciano Camps. Rajoy obtuvo su liderazgo en el PP el apoyo de Camps en el Congreso de Valencia, esta pravera, y ahora se encuentra sin crédito ni autoridad para pagar sus deudas. Durante meses ha hecho oídos sordos a la magnitud creciente de la trama u Operación Gürtel, recopilada en treinta mil folios de conversaciones y actuaciones de la Brigada de Policía bajo la rigurosa orden judicial que, con toda presunción de inocencia, a espera de juicio, parecen demostrar a la ciudadanía que algo huele a podrido dentro del PP de Valencia, con extensiones a Castilla León, Galicia y Madrid. En esta últa Comunidad, la presidenta Esperanza Aguirre, sin esperar órdenes de Génova (sede de PP nacional), ha destituido fulminantemente a cuantos alcaldes, consejeros y diputados aparecían en la trama, incluso considerando su presunción de inocencia. Aguirre, una vez más, ha tomado la iniciativa y les ha ganado la mano a sus compañeros de partido. Mientras Rajoy hace mutis el foro y deja al tesorero Bárcenas en el aire, Aguirre, no sólo ha expulsado a diputados y consejeros incluidos en el sumario, sino que está elaborando una normativa de urgencia para que no puedan ni siquiera permanecer en el Grupo Mixto y, lo tanto, cobrar sus salarios de las arcas públicas. Así pues, Rajoy sufre una de sus peores pesadillas, al ser desobedecido y desafiado Costa y engañado el equilibrismo de Camps, mientras Aguirre puede estar tranquila a la sombra tras haber cogido la escoba a tiempo y lpiar su casa. Poco parece haber aprendido Mariano Rajoy de su época de mili en Valencia, precisamente, donde a pesar de haber pasado un año lpiando las escaleras del cuartel, no aprendió que siempre debe empezar el escalón que esté más alto.
Concha Minguela
Directora de Gente en Madrid
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