Al igual que sucediera con la salida de José Luis Sanchís en 2.005, la baja de José Antonio Lisbona abre una nueva etapa en la anteriormente Sanchís Comunicación. Pero el contexto de ambas salidas ha cambiado notablemente: Huntsworth afronta 2.010 con un Ceo que apenas lleva un año en la compañía, en un contexto económico complicado y con una integración de marca de la que quedará Grayling como representante en España.
Cuando Eduardo Fuentes asumió como Consejero Delegado de Citigate Sanchís y Tredia lo hizo a sabiendas de que José Antonio Lisbona tenía pactada su salida antes de que finalizara 2.009. Durante este período de coexistencia pacífica, Lisbona ha pasado el testigo del día a día a Fuentes, que ejerce como prer ejecutivo de la multinacional británica en España desde su nombramiento.
Sin embargo, los polluelos tiene que dejar el nido en algún momento, y en este caso Fuentes debe afrontar sólo ya sin el paraguas de Lisbona el momento más delicado de la existencia de la compañía desde que en 2.001 se formalizara su venta a la multinacional Incepta. Con un cambio de naming en marcha (los nuevos clientes ya están entrando en la cuenta de Tredia, es decir, Grayling), 2.010 se presenta como un auténtico termómetro de la salud de la compañía, ya que hasta ahora ha podido capear la crisis gracias a los acuerdos firmados a largo plazo con clientes globales (si atendemos a las cifras oficiales de Huntsworth, en junio ya tenía cubierto el 90% de los objetivos para 2.009).
Pero aún hay más: a lo anterior hay que añadir la voluntad de Lord Peter Chadlington de realizar alguna adquisición en nuestro país que le de el volumen perdido en el mercado español, una operación que el momento no ha terminado de cuajar, ya sea la falta de candidatos interesantes como la negativa de algunos ilustres a abandonar sus proyectos independientes para enrolarse en las filas de una multinacional.
¿Qué futuro le espera a la consultora que llegó a hacerle sombra a Burson Marsteller en España?
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