Entre ambos fundaron hace unos años Gumpert Stwagenmanufaktur, cuyo prer fruto es el demoledor súper detivo biplaza que tienen ante sí, llamado Apollo y anado un propulsor fabricado la firma de los aros de 4,2 litros, ocho cilindros en V y 40 válvulas, acoplado a una transmisión de seis relaciones que dirige toda la energía disponible a las ruedas traseras, cierto, de medida 345/35 ZR19.
El Apollo rinde 650 CV a 6.800 vueltas, pero lo mejor es que su peso pluma, 1.100 kilos a partir de sus paneles de fibra de carbono, equiparables a la tara de un utilitario medio, permiten catapultarlo nada menos que a 360 km/h, con una progresión de 0 a 100 km/h cifrada en tan sólo tres segundos exactos. El precio es de 200.000 euros, sin incluir los puestos, y el comprador puede optar distintas combinaciones de materiales para dotar al interior de un carácter más detivo o un estilo más elegante.
Cuenta el propio Ronald Gumpert que “el desafío original fue desarrollar un bólido con un diseño excepcional, que combinase los requisitos aerodinámicos más avanzados de un pura sangre de carreras homologado para circular en carretera abierta, con la estética asociada a un vehículo exclusivo. Se ha buscado la síntesis entre forma y función”.
En estos momentos, los responsables del Apollo tienen otros proyectos entre manos aún más excitantes, como una versión biturbo de ese mismo motor que elevará su rendiento hasta alcanzar los 800 CV de potencia. (Gumpert Stwagenmanufaktur, www.gumpert.de)
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