La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) se sumará a las movilizaciones convocadas la FIP para defender los derechos de los profesionales de los medios el próxo 5 de noviembre. Desde que comenzó la crisis más de 1500 periodistas se han visto perjudicados en Madrid. Defienden el empleo en los medios y el derecho a recibir información plural.
Desde que comenzó la crisis en Madrid se han visto afectados 1500 periodistas, según los datos del últo Observatorio de Medios de la Asociación de la prensa de Madrid publicado el pasado 6 de octubre. Estos datos serían aún mayores si se pudieran contabilizar el número de despidos en revistas sectoriales y gabinetes de prensa. Ante esta situación de incertidumbre que estamos viviendo los profesionales de la información la Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha convocado movilizaciones para el próxo 5 de noviembre.
El próxo jueves, 600.000 profesionales de la información de 116 países saldrán a la calle, bajo el lema: ‘Nuestra precariedad es tu desinformación’, para defender el empleo en los medios y el derecho de los ciudadanos a recibir una información plural y de calidad.
Los expedientes de regulación, despidos colectivos, concurso de acreedores, cierres de empresas mala gestión, paralización de negociaciones colectivas y la amortización de puestos de trabajo mediante bajas incentivas o prejubilaciones es lo que nos hemos acostumbrado a ver en los últos meses. Por lo que con esta marcha, los periodistas quieren denunciar esta situación y promover medidas que eviten un deterioro irreversible en la viabilidad de los medios y en su calidad informativa.
A la mala situación económica hay que sumarle el momento de transición que se está viviendo en los medios con la adaptación de la era digital. En los medios de comunicación se está cuestionando el manteniento del actual nivel de empleo, se está ajustando al máxo, de tal manera que los medios buscan una figura que sea capaz de realizar informaciones para todos los sotes con el menor coste posible.
Además, denuncian la práctica, que se está convirtiendo en habitual, de los partidos políticos o instituciones, que dan una rueda de prensa en la que únicamente habla el interesado y a los periodistas no se les permite hacer preguntas.