El ABC, diario centenario donde los haya, que en los tiempos de Ansón lo leíamos hasta los rojos y masones, sigue ofreciendo de la mano de Vocento su peor agen informativa. Ayer circuló la red catalana un “anono promasiano” en el que se resaltaban los cargos de la esposa de Montilla y se dejaba en el aire la intencionada pregunta: ¿Cuánto cobra la señora del President tanto oropel? La respuesta llegó de mano de la Diputación de Barcelona de forma clara y rotunda: Doña Ana Hernandez cobra un solo sueldo, y la relación de cargos no se corresponde con la realidad, no son remunerados y están adscritos al cargo de diputada provincial, sea ella u otro el que lo haya ocupado u ocupe. Algo que es fácil de explicar y que sucede en todos los Ayuntamientos españoles. Pues bien, con esos datos, el diario de Vocento se tiró a la piscina e inició, como ya había hecho en Galicia con el asunto de los coches oficiales que tan buenos resultados le dio, un delicado peregrinaje con la fina intención de dejarse utilizar informativamente para beneficiar a no se sabe quien. Eso si, la empresa vasca no ha tenido reparo, en el pasado reciente, en comprar una emisora de televisión al Clan Flash en el que todos reconocemos como beneficiado de la venta a uno de los hijos de Pujol y también a los convergentes Miki Moto y Carles Cuní. Por si esto fuera poco, ahora intenta forzar vía Luis del Olmo la mano legal del CAC para que éste organismo les autorice la compra de Onda Rambla, cuyas licencias se las dio el mismíso Pujol al genio del Bierzo para que hiciera radio en catalán y no para que se las beneficiara vendiéndoselas al Grupo Vocento. Vamos, que si Don Luís no las quiere o no las puede mantener, que las devuelva y que se saquen a concurso que alguien habrá que las quiera explotar, ¿o no Losantos? Con estos dos sencillos ejemplos, se puede ver claramente que para algunos, la única ley que hay que respetar es la bien llamada “ley del embudo” que en catalán se diría “Llei de l’embut“, si alguien no me entiende. O sea, que Vocento se ha vuelto a equivocar… y no sabe cuanto.
