La televisión pública barre para casa y se reserva los últos 30 segundos de publicidad del año para emitir una autopromoción institucional que explicará a los ciudadanos el futuro de la cadena.
Este año no habrá marca que pague el últo anuncio del año, el que va justo antes de las campanadas. TVE ha preferido adjudicarse el espacio para contar a los ciudadanos cómo será su televisión sin publicidad a partir del prer minuto de 2010.
La duda sobre el spot más esperado y caro del año queda así despejada con casi dos meses de antelación. En las navidades pasadas fue a parar a La Caixa.