Javier González Ferrari reavivó el debate en su intervención en el Foro de la Nueva Comunicación. Lo que dice el presidente de Onda Cero no es nuevo y evidentemente es una preocupación que afecta a todo el sector de radiodifusión comercial. Lo extraño es como decía Ferrari que el Gobierno no haya hecho nada cerrar las más de 3.000 emisoras piratas que hay en todo el territorio y que la Ley de Radio FM de 2005. El caso de esRadio no ha hecho más que poner cara a un mal que lleva demasiado tiempo enquistado y que en crisis cobra un nuevo color.
Federico Jénez Losantos y esRadio han puesto en el tapete el gran problema de las radios españolas en los últos veinte años: las emisoras sin licencia. El últo registro oficial de la Asociación Española de Radiodifusión Comercial (AERC) data de octubre de 2004, cuando este organismo entregaba un informe al Ejecutivo pidiendo la elinación de las en ese momento 2.279 radios ilegales, el doble de las emisoras autorizadas para esa fecha.
Hoy, cinco años después y después de una ley de Radio FM que en principio ordenaría el espectro radioeléctrico, las piratas ya alcanzan las 3.000 emisoras un 25% más que en el últo registro una cifra que no sólo demuestra que estas radios crecen como setas, sino que también reflejan la nula y escasa voluntad de las administraciones centrales, autonómicas y locales, terminar con ellas.
El plan FM de 2005 pulsado el entonces Ministro de Industria José Montilla aumentó las frecuencias legales hasta las 2.000 y dejó en manos de las comunidades autónomas su concesión y posterior lpieza del espectro radioeléctrico. En estos últos cuatro años las autonomías han realizado pocas o nulas concesiones Madrid, Cataluña y Extremadura han sido de las pocas en ponerlas en marcha, no sin controversias y no han cerrado prácticamente ninguna emisora pirata.
El caso de Jénez Losantos no solo ha desvelado la gran cantidad de emisoras que existen en todo el país y en los puntos más inhóspitos de la geografía, sino que ha demostrado la punidad con la que funcionan, ya que muchas de ellas se han subido al carro de esRadio sabiendo que son piratas y la esperado obtener una indulgencia administrativa al amparo de la figura del comunicador.
De momento, en Andalucía y Cataluña se les han abierto expediente, pero sólo denuncias de terceros y no acción directa de las administraciones, demostrando una vez más que ni a las autonomías, no al gobierno central, le interesan resolver el tema. El otro gran problema es que las grandes emisoras también han tirado de sosicos piratas para aumentar su cobertura, entrando también en el juego de als piratas. Y de eso lamentablemente no hablan los grandes directores de las cadenas.
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