Si la semana pasada era la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Carmen Peña, la que se pronunciaba sobre la necesidad de que los farmacéuticos puedan dispensar de manera legal, incluso en los casos en los que no existiese receta médica, ahora es el presidente de los farmacéuticos sevillanos, Manuel Pérez, quien se suma a lo expresado Peña.
Carmen Peña declaraba hace escasas fechas que los farmacéuticos no reivindican poder prescribir fármacos, como es la intención de otros colectivos sanitarios, sino que lo que defienden es efectuar el acto de dispensación sin receta de medicamento.
En este sentido, la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), explicaba que su petición a los responsables políticos del Congreso de los Diputados y del Senado es que la Ley del Medicamento dé cobertura legal al farmacéutico de oficina de farmacia para, en ausencia de la receta médica correspondiente, facultarle para la dispensación de medicamentos sometidos a receta médica ya que esta situación ‘ya se está dando en las oficinas de farmacia’ y lo que el colectivo farmacéutico no quiere es incurrir en ilegalidades.
Sin embargo, Peña dejaba claro que en ningún caso los boticarios están dudando de la labor del médico como responsable del diagnóstico y la prescripción.
En la línea de su presidenta, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, Manuel Pérez, ha abogado que en las farmacias se pueda dispensar ‘en circunstancias especiales’ ciertos analgésicos, antibióticos y antiinflamatorios sin receta médica.
Pérez precisó, en declaraciones a Europa Press, que con lo que se ha denominado de manera informal como ‘indicación farmacéutica’ ‘no estamos pidiendo suplantar a los médicos ni pidiendo tampoco la dispensación libre de este tipo de medicamentos‘.
A modo de ejemplo, el representante de los farmacéuticos andaluces aludió a casos en los que un paciente acude de urgencia a la farmacia con prescripciones repetitivas o que tiene un ‘flemón’ y pide un antiinflamatorio para combatir la hinchazón, un analgésico contra el dolor o un antibiótico para la infección. ‘En estos casos se trataría de darle el fármaco de urgencia para su problema inmediato, aunque instándole a que acuda a su médico‘, argumentó Pérez, quien insistió que, en modo alguno, ‘estamos hablando de venta libre, es decir, que al usuario se le pueda dar cinco, seis o las cajas que pida de estos fármacos‘, concluyó el dirigente.
