Los latinoamericanos podrán descargarse archivos de Intet en alta velocidad o el vídeo musical de una canción en cuatro segundos desde sus terminales móviles antes que los europeos de forma masiva. Eso es lo que permitirán las redes LTE, que son la cuarta generación de telefonía móvil, 10 veces más veloces que las actuales más modernas redes 3G móviles. GSA, que es la organización mundial de telefonía móvil, asegura que hay 42 proyectos de redes LTE de cuarta generación en 21 países latinoamericanos. En ellos se incluye el de la operadora brasileña Vivo, participada Telefónica y Portugal Telecom, que va a comenzar las pruebas, según confirma la GSA. Operadores de Argentina y Chile también han anunciado la realización de pruebas de redes con tecnología LTE.
Los países nórdicos están siendo pioneros en plantar redes de cuarta generación en Europa, pero el resto de los países van a la rastra que están plantando todas las tecnologías intermedias para aumentar el ancho de banda de sus redes 3G de tercera generación. Lo que a priori nos daba ventaja ahora está resultando un lastre, pues la crisis está ralentizando las cuantiosas inversiones en redes de banda ancha móvil, lo que provocará retrasos en la plantación de las redes LTE anunciadas.
Precisamente el retraso de Latinoamérica en redes de banda ancha fijas está provocando la plantación directa de las redes de banda ancha móvil LTE. La crisis ha dado ventaja económica a la región, que ha mantenido un buen ritmo de extaciones en materias pras. El pasado verano, las autoridades europeas han decidido iniciar un proceso de financiación para investigación de la tecnología LTE, que consideran que la plantación de estas redes móviles de cuarta generación creará enormes otunidades y un gran margen de creciento para la economía digital. Añaden que ayudaría a cerrar la brecha digital entre las zonas urbanas y rurales, a las que no llegan las tecnologías silares al ADSL. Justo lo que ya han empezado a hacer en varios países latinoamericanos.
Susana Blazquez. Periodista
