Con casi 30 años de vida, Migueláñez es ya un experto en encontrar sonrisas. Empezando las chuches y las gominolas, pasando el chocolate hasta llegar a lo salado, la empresa que fundó Onéso Migueláñez es un as en distribución y calidad. Hoy sus responsables abrían las puertas de un showroom para mostrar que detrás de la marca hay mucho más.
María Fernández, directora de comunicación de la casa desde hace dos meses es ahora la voz de una compañía, que apoyada en el equipo de Ketchum, quiere dar a conocer su amplia gama de productos y los formatos especiales preparados para estas navidades.
‘Esta es nuestra presentación a la prensa’, manifestaba Fernández, ‘yo venía de tener trato con el sector de la alentación y la distribución pero la parte de información de g y comunicación la teníamos olvidada’. ‘Es cierto que nosotros no tenemos una estrategia de comunicación clara, nos litamos a la presentación de productos’, pero, apuntaba, ‘después de 30 años de compañía nos hemos dado cuenta de que nunca se había hecho un esfuerzo de comunicación, y yo creo que ahora sí que hay cosas muy bonitas que decir’.
Cosas como que están apostando fuerte la responsabilidad social corativa, colaborando en la integración social y laboral de personas con discapacidad o exclusión social y con la fabricación de una línea de productos que pretenden llegar a todos los públicos: productos sin gluten, 0% materia grasa, enriquecidos con vitamina C, y otros adaptados a las costumbres regionales.
Con la participación en la Feria Internacional del Dulce en Colonia prevista para febrero del año que viene, Migueláñez pretende explotar su expansión internacional que, el momento, solo opera en México. Pero con la fuerte competencia que existe, ¿Cómo lo hace Migueláñez para seguir transmitiendo el valor de una marca tradicional? ‘Pues manteniendo la calidad, si tú tienes un producto bueno que gusta al público y además ofreces novedades, te ganas al público. Intentamos adelantarnos a las tendencias del mercado innovando, pero la calidad no varía’, puntualizaba María Fernández.
Y todo ello, sin apenas inversión en publicidad debido a la gran agilidad en producción y distribución. ‘Los productos llegan a los lineales antes de que de tiempo a levantar ninguna campaña’ destacaba la nueva directora de comunicación de la firma.
Ahora tienen delante uno de los periodos de mayor venta, junto con Semana Santa, San Valentín o Halloween, y es que, según nos comentaba Fernández, ‘cualquiera puede permitirse un dulce’, eso dice, ‘la crisis no nos ha afectado, que Migueláñez, pese a ser un capricho, no es un lujo’.
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