La vuelta al trabajo para cualquier persona que haya sufrido una enfermedad es clave, pues representa un signo claro de recuperación. En este sentido, la reincoración laboral no suele producirse antes de los seis meses.
Según Carmen de Pablo, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ‘esta variación depende del tipo de cardiopatía sufrida, de la clase de trabajo realizado el paciente y de otros factores de tipo psicológico y social. Las diferencias también se producen según los países, regiones e incluso, la situación económica en la que se encuentre el país (crisis, índices altos de desempleo, etc.)’.
Por lo general, se trata de pacientes que antes del proceso agudo coronario han sido adictos al trabajo, lo que después de este episodio asocian la patología a un exceso de actividad, volviéndose reacios a la reincoración temor a volver a sufrir un episodio silar.
Hasta el momento no se han elaborado demasiados estudios en esta materia, y los que se han elaborado y publicado demuestran que, “en España, tras un infarto de miocardio, la reincoración al trabajo varía entre un 3060%. Tras un trasplante cardiaco se reincora a la vida laboral cerca de un 30% de los pacientes, con una media de tiempo de 7,5 meses”, indica la Dra. de Pablo. Asismo, tras el plante de un desfibrilador, dependiendo de la cardiopatía subyacente, según los datos publicados, el centaje de reincoración al trabajo supera el 35%.
Diferentes estudios han demostrado que los factores que influyen en la vuelta al trabajo tras la enfermedad coronaria son fundamentalmente cardiológicos, es decir, los derivados de la propia cardiopatía, teniendo en cuenta la severidad, existencia de isquemia, revascularización completa o no, complicaciones y reingresos hospitalarios y la capacidad física del paciente.