Cada uno hace con su vida lo que le apetece. Y eso vale igual para personas como para entidades de reconocido prestigio. En el caso de la CEOE, lo de Diaz Ferran clama al cielo. La agen que el capo de Marsans y Air Comet ata en estos momentos a la patronal de los empresarios españoles es nefasta y no se corresponde, en absoluto, con la idea que una sociedad moderna tiene de un empresario del siglo XXI, salvo que lo que se quiera es demonizar el mundo laboral convirtiéndolo en una sple lucha entre buenos, los trabajadores, y malos, los patronos. Si eso no es así, no debe serlo, estamos ante la descripción biográfica y publica de un personaje, empresarialmente sin escrúpulos, capaz de seguir vendiendo billetes a emigrantes cuando su aerolínea no es operativa y también de no pagar las nóminas de sus trabajadores durante meses y luego sonreír como si nada pasase, y enca, como presidente de sus compañeros, se arroga la capacidad de decidir si este país debe o no afrontar reformas laborales que afectan a millones de sus conciudadanos. Si tuviera un míno de vergüenza tendría que haber ditido y afrontar, con el “valor” que aun se le supone, los problemas de sus propias empresas, para que lo que todavía le queda salvar de su patronio, no entre en caída libre. El concepto que nosotros tenemos de un empresario, dista mucho de lo que, ahora mismo, es y aparenta el Señor Diaz Ferran, y los empresarios españoles deberían mover ficha con rapidez, que con semejante personaje, su propia credibilidad corre serio peligro y con la crisis que tenemos enca, la CEOE todavía tiene mucho que decir.
