Una perspectiva netamente femenina al mundo de la comunicación política y la gestión de crisis
“Why women should rule the world: a Memoir” (2008) es el libro de memorias de Dee Dee Meyers. Ella fue jefa de prensa de Bill Clinton durante la campaña electoral de 1992, que llevó a Bill Clinton a la Presidencia. Y, desde el 20 de enero de 1993, hasta diciembre de 1994, fue Jefa de Prensa de la Casa Blanca.
Dee Dee Meyers publicó su libro cuando aún se estaban celebrando las “prarias” de 2008, en que republicanos y demócratas dilucidaban quién iba a ser su respectivo candidato para la Presidencia, en noviembre de ese mismo año. El libro de Dee Dee Meyers, que además de autobiográfico, es histórico y es un alegato a favor de las mujeres, no se tradujo en apoyo explícito a la entonces candidata Hillary Clinton. Como tantos otros colaboradores de Bill y de Hillary Clinton que han publicado libros sobre sus años de colaboración con el matronio, su relación con ellos es ambivalente, ambigua, con luces y sombras, muchos amores…, y muchos reproches.
En su obra, Dee Dee Meyers defiende que la mujer en América y en el mundo debe tener un papel más protagonista en la política, los negocios y la esfera internacional. En su opinión, “si las mujeres gobernáramos el mundo, habría menos guerras: nos pondríamos muchas más barreras a la hora de mandar a nuestros hijos a la guerra”. Según la autora, en la esfera privada, en la vida de las familias, las mujeres ya cumplen un papel fundamental: ¿ qué no dar un paso el frente y extender esa influencia al ámbito público? “Es una cuestión de mera eficacia: con más mujeres en puestos clave, el gobierno y la economía irían mejor”.
De hecho, Dee Dee Meyers, Demócrata con profundas convicciones, reconoce mucho mérito al ex Presidente Republicano George Bush, haber sido el Presidente americano que más mujeres ha nombrado en la historia política de América para puestos clave de su Gabinete: “Karen Hughes, Dana Perino, Condoleza Rice, etc. Estoy dispuesta a darle todo el crédito al Presidente Bush haber hecho esto, al tiempo que no estoy dispuesta a dárselo en otros muchos temas. Se habla mucho de la supuesta mala leche de las mujeres. Pero, al menos, nosotras no decidos invadir un país splemente que tenemos un mal día”.
Dee Dee Meyers fue la prera mujer de América nombrada Jefa de Prensa de la Casa Blanca. Además, fue la segunda persona más joven en ocupar el cargo, desde su creación. Posición que, en su caso, desde el principio estuvo asociado a la polémica. La autora reivindica los derechos laborales de las mujeres, empezando los suyos. “Me sentí muy honrada de que el Presidente me nombrara para el cargo, pero también me di cuenta de que Bill Clinton tenía mucha presión para nombrar mujeres que ocuparan cargos políticos”. En cierto sentido, Dee Dee Meyers se siente formando parte de una “cuota”, de un centaje de discrinación positiva que hay que llenar. Además, aunque se le dio el puesto y la responsabilidad, le fue negado el salario correspondiente, el título completo y la oficina que debía ocupar en “El Ala Oeste de la Casa Blanca”. Cuando Dee Dee Meyers fue a quejarse a su jefe, Leon Panetta (entonces Chieff of Staff, Jefe de Gabinete de Bill Clinton), éste le dijo que era lógico que ella ganara menos que un hombre, puesto que “ella no era un trabajador que tenía una familia que mantener; yo reunía las tres características perfectas para que todo me hubiera ido mal en Washington: mujer, joven y proveniente de (la liberal) California. Dudo mucho que Leon Panetta me hubiera dicho lo mismo hoy”.
De hecho, Dee Dee Meyers reconoce que se ha avanzado mucho en la lucha los derechos laborales de las mujeres. “Por ejemplo, como Jefa de Prensa, Dana Perino últa Jefa de Prensa de George Bush ha tenido la enorme suerte de que su Jefe ha confiado mucho en ella. Eso ya es un gran logro”.
Sin embargo, aún queda mucho camino recorrer. El hecho de que Hillary Clinton, durante la campaña electoral de 2008 tuviera que poner de relieve sus 30 años de experiencia en política para mostrar sus credenciales, “manifiesta lo injusto de la situación de las mujeres en política. Ella tuvo que demostrar que era lo suficientemente dura como para ser Comandante en Jefe. Pero no demasiado dura como para pasarse. Un hombre no hubiera tenido que demostrar nada de eso”. La ironía de la situación es que, en su momento, y a modo de ejemplo los dos militares que servían, y sirven, en Afganistán y en Irak (generales McCrystal y Petraeus, respectivamente) manifestaron durante la campaña electoral que “Hillary Clinton entendía muy bien a los militares y sería una perfecta Comandante en Jefe”. Hoy, siendo Hillary, Secretaria de Estado, sus relaciones con ambos generales y con su jefe, Robert Gates (Secretario de Defensa) son excelentes, lo cual deriva en eficacia y competencia.
El trabajo de Dee Dee Meyers como Jefa y Portavoz de Bill Clinton durante la campaña electoral de 1992 y luego, durante los dos preros años de su Presidencia, atan dos perspectivas muy interesantes sobre su trabajo: un lado, la feminidad, el punto de vista genuinamente femenino en un mundo habitualmente dominado hombres. Y esto hace su relato verdaderamente fascinante: para mujeres y para hombres igual, en mi opinión.
Además, Dee Dee Meyers acabó convirtiéndose en experta en comunicación de crisis y en el manejo y solución de crisis: a preros de 1992, a la campaña de Clinton le explotó en las manos (justo en las prarias de New Hampshire) el “affair” de Jennifer Flowers, en que ella, mediante rueda de prensa declaró al mundo que “I love Bill Clinton and we’ve had a loving affair for twelve years”. Dee Dee Meyers tuvo que gestionar la aparición del matronio Clinton en el programa de televisión “60 minutes”, en que el apoyo de Hillary a su marido fue el salvavidas de la carrera presidencial de Bill. “Ha sido una constante en la carrera política de Bill Clinton: cuando él lo estropea todo, aparece ella y le salva de sí mismo”. Algo en lo que todos los biógrafos de Bill Clinton y son muchos, entre ellos su Dircom George Stephanopoulos han siempre coincidido.
Tras el escándalo con Jennifer Flowers, vino el del “alistamiento” para la Guerra de Vietnam y otros muchos más, que ella tuvo que gestionar, hasta que harta de enterarse de las verdades del Presidente a través de los medios de comunicación, abandonó el cargo. “Fue muy excitante trabajar con Bill Clinton. Lo único de lo que no me arrepiento es de no haber estado allí cuando estalló el escándalo de Mónica Lewinsky”.
Tras dejar la Casa Blanca Dee Dee Meyers trabajó como tertuliana y comentarista política para varias cadenas de televisión. Retratada en la novela y posterior película “Prary Colors” (John Travolta, Emma Thompson, 1993), se convirtió en asesora y guionista de varios capítulos de la serie de televisión “El Ala Oeste de la Casa Blanca” (de la NBC), en que hay un personaje (C.J., Jefa de Prensa), inspirada en ella: Jefa de Prensa sin autoridad, pero con enorme responsabilidad.
Dee Dee Meyers colabora con Vanity Fair, donde su marido es Director. Y reivindica en todo momento, desde una perspectiva que ella misma califica como feminista, el extrapolar el papel de la mujer en la vida familiar a la vida social: “conseguir que tus dos hijos vean la misma serie de televisión, sin pegarse, lleva consigo mucha diplomacia parte de las madres”, concluye la autora.
Deliciosa lectura que ata información valiosa sobre el matronio Clinton, el manejo de campañas electorales, la vida en la Casa Blanca, la comunicación de crisis, el papel de la mujer en el mundo y una perspectiva netamente femenina al mundo de la comunicación.
Jorge DíazCardiel
Director Corativo Ipsos Public Affairs










