Así de españoles y de toreros salos a la plaza. Lo prero, la educación, esa que no falte nunca. Que jamás tengamos que arrepentirnos de ser ciudadanos españoles. Que están Los Reyes delante, pues como si está la madre del cordero. Que hay pitadas y abucheos, pues, nada, que para eso pago mi entrada. Y así, tras el cinismo que existe detrás de todos ellos y tras la majadería de decir que en treinta años, eso no es España, el odio entre los españoles llega al dete señores. La situación española, es de los españoles, y éstos han perdido el norte en sus modales, en su modus vivendi, en la situación que les ha llevado la vida de una España que nadie la reconoce ya.
Después del todo vale, todo vale. Y es verdad que vale. Lo dije el otro día con el comtamiento deleznable de un ex presidente y lo digo ahora. ¿Qué sucedería si a Don Juan Carlos le saliera la pata de banco? Nadie lo entendería, pero que a Él se le falte al respeto, enca que se traslada a ver un partido que a lo peor, ni le ta, me parece una desfachatez, y no solamente lo que Él representa, sino que ya esto no lo para nadie. Y luego que venga Basagoiti y nos cuente que la próxa vez habrá más tranquilidad. La próxa que vaya, Rita, la cantaora hijo mío.
Luego tenemos en esta España nuestra la llamada deudaflación; término acuñado recientemente ante la situación económica que todos padecemos y que los expertos nos siguen advirtiendo. Al parecer, el riesgo de pago de algunos Estados puede disparar los precios cuando comience a despuntar la recuperación económica: eso supondría que además de todo lo que nos pasa, del todo vale, se marcharía la inversión extranjera. La crisis de confianza en los mercados dispara la cotización del oro y se resucita el interés el metal precioso ante la situación helenoespañola. Menos mal que los Reyes, aún nos unen, y se da el caso, helenaespañol.
Los vecinos tugueses se ahogan tras el temal del fin de semana, y nosotros solamente esperamos que no nieve más que el invierno no parece alejarse. El gobierno dispuesto en una mesa en una habitación grande ha dejado a Tere a un lado.
Soraya se ríe, Rajoy, lo lamenta que no es santa de su devoción, aunque sí está orgulloso de Esperanza, lo bueno o lo malo es que entre ellos, de uno y otro lado, si quieren, se ningunean que el que dice ser bueno, luego se la clava al de al lado, y éste al anterior. Así nace la política cada mañana en esa deudaflación con la que conviven los que hablan de comisiones y van a un partido y silban.
Ora comisiones, mañana devociones, el caso es marear la perdiz y que parezca que ha pasado algo. Y sí pasa, en todas las casas cuecen habas, y en la mía, calderadas. Ahora resulta que Hacienda ha destapado comisiones opacas de nueve altos cargos del pepé de Mariano. La trama Gürtel da más de sí que el desayuno de Obama que cada dos tres vuelve a salir el airoso de Paco Correa, que en vez de cabecilla parece una agencia tributaria en sí mismo.
Para que vean que las cosas sí pasan escuchen a Campa y quédense con la copla. Y digo copla que parece el estribillo de una canción: “España creará empleo suavemente” Cuando usted vaya al paro, esté bajo la lluvia algo más de cuatro horas, con un papel que dice el número 120 y está desde las seis de la mañana haciendo cola, cuando el funcionario de turno le diga que la cosa está jodida que se lo diga suavemente. Si le llaman en menos de dos años y usted consigue sobrevivir a costa de deber y no pagar, le dice suavemente al del banco que los recibos ya se devengarán en tiempo y forma, y luego, suavemente introdúzcase en su cama y diga lo mismo que decía Escarlata: “ya lo pensaré mañana”. Eso sí, suavemente, no silbe, que para eso están los del partido de ayer.
Y si verdaderamente lo quiere pensar, opte conectar la TDT. Ya como somos españoles, tiene varios motes la cosa, Televisión de tertulias, Tomadura de tontos, y así hasta que se canse, que resulta que el I más D más I ha hecho que todo españolito tenga un aparatito para que el apagón llegue traspasado mañana y luego, a ver que nos “echan” como se decía popularmente.
Los sindicatos esperan que los silbidos lleguen a la Moncloa y que su manifestación con el posesivo delante sea un éxito. No a las pensiones, no al gobierno, no a Zetapé, alguien dé más…Ahí se supone que irán todos; los parados de larga duración, los jubilados, los que se van a jubilar, las amas de casa, los niños sin cole, las abuelas que chillen y que el pueblo español se levante en vez de chillar al Rey. Y digo que se levante decir algo, que ahí sí tendría que quejarse el mundo y el mundo a veces, se queda sentado en un sillón, dándole al mando de la tedeté, cambiando de tertulia y viendo la vida pasar. Y así nos va. Cuidado con las redes sociales, con las fotos, con los intercambios de datos de los infantes que silban a la vida pensando como decía Summers que todo el mundo el bueno. Y aquí, en este santo mundo que hemos fabricado, como decía al principio, no hay educación, sigue sin inculcarse los valores de siempre, y todo vale señores, todo vale.
Miren si todo vale que no sabemos a qué cantante silbarán en Eurovisión que últamente los españoles nos salos. Después del prer fin de semana con mitines, los silbidos han sido sonados. Ahora nos queda un año delante; que si tu madre, que si la mía, y así van ganando sondeos, van subiendo en el escalón y al españolito medio le supone pensar cada mañana, ¿y a mi estos qué me tan si son todos iguales? Pero las encuestas varían según quien las cuente.
Si a España se le añade cada día un silbido podemos decir que en un día como hoy, tendríamos que añadir el de la deuda pendiente que tiene el Estado con las víctas del terrorismo. Mucha bandera, mucho funeral y ahí te quedas.
Y un silbido generalizado para todo español que niegue su lengua y no la conozca. Mucho gallego, catalán, euskera y todas esas lenguas que usted pregone, pero déjese de hacer el majadero y estudie la lengua del país. Luego eso sí, lleve al niño a los Estados Unidos de Obama para que sepa inglés, y de castellano, ni papa. Sin acento.
Y un dato positivo: crecen un 50 % los trabajadores con empleo a tiempo parcial. Menos da una piedra. Las Preras Comuniones este año se reinventan: cada cual que pague su almuerzo, y el traje, que nos lo preste alguien. No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.
Ana de Luis Otero
Periodista