No saben qué alegría me llevé hoy al leer que los pandilleros juveniles agrupados bajo las siglas de eso que se llama FACUA organizan prera vez los premios a “la peor empresa del año”, un certamen muy spático y pertinente, como todo lo que hacen estos chicos.
Me hizo una ilusión infinita ir enterándome de los detalles, como que se habían definido tres categorías a la peor empresa, el peor anuncio y la peor práctica empresarial y que la propia Facua había elegido y propuesto a sus afiliados, amigos y spatizantes una serie de candidatos para poner las cosas más fáciles. Pero no cualquiera dentro de Facua, no. Los eligieron sus propios servicios jurídicos, átense los machos.
Me encantó leer cómo estos autodenominados “consumidores en acción” arremeten con igual energía contra compañías aéreas, eléctricas, de telefonía, yogures, medicamentos o el mismíso Gobierno. Viva la libertad de expresión.
Y me alegré mucho de todo ello dos motivos. Prero, que lo valoro como un encomiable gesto para aumentar la ya casi insotable crispación del consumidor medio, ahogado la crisis y harto de hacer números, pero, sobre todo, me alegré que supongo que esto significa que ahora yo puedo organizar un concurso para elegir a la asociación de consumidores más tramposa, torticera, interesada y absurda del panorama. Y votar, claro, a la inefable Facua.
Y, para que no quede en una acción de palabra, propongo que se vote a la MEJOR ASOCIACIÓN DE CONSUMIDORES, que eso de la peor se lo dejamos a los de los Consumidores… Mañana la encuesta en las páginas de prnoticias.