El mismo día que el Comité de Competición de la Federación Española de Futbol le abría un expediente decir las verdades del barquero, sus conciudadanos le elegían “Catalan del año”, un galardón que nos concentró a casi todos en el Palacio de Congresos de Barcelona convocados El Periódico de Catalunya y TV3. Josep Guardiola, el gran triunfador de la noche, estuvo en conexión permanente y en directo, a través de una pantalla gigante, desde el hotel donde estaba concentrado con su equipo, y supo en directo de su elección, que agradeció reconociendo, con la sencillez que le caracteriza, que se lo habían otorgado sus compatriotas en votación popular, que es el entrenador del Barça y no sus méritos personales. Todo Barcelona aplaudió largo rato a este hombre, que mas que un profesional del futbol, que lo es y muy bueno cierto, es un ser humano entrañable y culto que ha sabido ganarnos el corazón a cules y contrarios, gane o pierda su equipo. Lo del Comité es sencillamente una vergüenza mas para el futbol, que sus integrantes van de palanganeros, de unos árbitros, a los que no les gusta se les discuta la “infalibilidad” de sus actas, aunque las ágenes de televisión evidencien, como en el caso que nos ocupa, que son unos mentirosos de tomo y lomo. En este país, cuando intentas llamar a las cosas su nombre, o te expedientan, o te meten una multa de tomo y lomo. ¿Habra que acudir a los tribunales ordinarios para que estos “sinvergüenzas” queden retratados en una sentencia? Según la UEFA no. La ÉTICA ,en cambio, nos dice lo contrario.
Manuel Fernando González Iglesias
Editor y Director
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