La economía española tiene un debate pendiente y que en ningún caso es menor: creciento o desarrollo. Tras la crisis en la que llevamos enterrados cerca de dos años y de la que nos está costando salir, de lo que se trata es que la economía española no sólo crezca, sino que también se desarrolle. Que no crezca solo en cantidad, sino en calidad. Porque puede que la economía española sea la octava o la novena del mundo en volumen, pero no ocupa ese puesto si nos estamos refiriendo a talento, calidad, creatividad, innovación o capacidad tecnológica; en definitiva, a desarrollo. Si es de todo eso de lo que hablamos, nuestra economía, según los expertos, ocupa puestos bastante menos relevantes.
España debe tratar de convertirse en un país avanzado y no sólo grande y para ello debe innovar e invertir una ecuación que nos avergüenza: España gasta más en loterías de lo que invierte en I+D.
Para ello, es básico fomentar y elevar a nivel de categoría algo que no parece tener mucho predicamento en la sociedad española: el talento. Ahí reside la solución. Concepto viejo al que aquí no se le suele prestar mayor atención, pero en el que reside la clave de ese cambio de rumbo del que estamos tan necesitados. Es cuestión de crear un stock de capital humano que es lo que termina marcar la diferencia. A partir de ahí, el futuro de esa variable pasa la iniciativa, la ambición, la internacionalización, etc.
El que “inventen ellos”, es concepto tan viejo y real como zafio y aburrido, y eso se detecta básicamente en la Universidad española, en donde se sigue prando la absorción de conociento en lugar de la creación del mismo, como ocurre en países como USA.
La economía española requiere que se incremente sustancialmente la inversión en conociento y no resulta pretencioso decir que el mundo profesional es ilitado y que el talento y la capacidad intelectual, son elementos que van a jugar un papel determinante en ese futuro, y si hay que apostar, uno se apunta a la tesis que sostiene que el I+D+i no hay que medirlo el gasto, como viene siendo habitual, sino lo que produce y genera.
Carlos Díaz Güell
Director de Hunterspr.com
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid