Como ya adelantó prnoticias la semana pasada, los problemas de la aerolínea Ándalus aumentan momentos. El últo episodio de esta dislocada aventura empresarial, ha sido el precinto de dos de sus aeronaves, el pasado miércoles, orden del Juzgado de prera instancia número 1 de Málaga, tras solicitarlo pago la propietaria de los reactores, la empresa GECAS.
La compañía, en un alarde de cinismo, ha informado en nota de prensa, que ha sustituido uno de los aviones que cubría la ruta Madrid/Almería una aeronave recién incorada tareas de manteniento en Casablanca. Sin embargo, prnoticias ha tenido conociento que dicha aeronave, con matrícula ECKBI, llevaba al menos dos semanas, estacionada en el aeropuerto de Málaga ya que iba a ser devuelta a la empresa arrendataria.
Las continuas anulaciones de rutas (conexiones de Gibraltar con Madrid y Barcelona, San Sebastián con Madrid y Barcelona; Gerona con Mahón), así como los retrasos, han provocado un aluvión de reclamaciones. En estos momentos los afectados pueden alcanzar los 8.000. Algunos de ellos han sido recolocados en otros vuelos y aquellos que compraron sus billetes vía el sistema AMADEUS recibirán la devolución del te de sus pasajes. Sin embargo, alrededor de dos millares de pasajeros se encuentran con el problema de que, a pesar de haber reclamado una compensación la desaparición de sus vuelos, no recibirán respuesta parte de la compañía debido a su lamentable estado financiero.
El pasado domingo 11 de abril, 12 pasajeros se quedaron en tierra en Marrakech al no haber sido informados de uno de los continuos cambios de horarios que la compañía somete a sus clientes, política habitual de la compañía.
La situación de Ándalus es tal, que a pesar de las declaraciones de su presidente, José María Martín Delgado, candidato ‘in pectore’ a la alcaldía de Málaga, de que han logrado que los acreedores pospongan sus reclamaciones, este medio ha tenido conociento de que varias empresas de proveedores ya han interpuesto demandas en los juzgados de Málaga.
El deterioro de la situación es tal, que Pedro Guerrero, Director de PRISA en Málaga, propietario de un 26’32% de la sociedad, manifiesta en público que ‘Ándalus es el peor negocio que he hecho en mi vida. La empresa se va a pique’. El otro gran socio, Antonio Valdés Consentido, dueño de Tino Stone y muy conocido en círculos empresariales de Almería, está viendo como su empresa de mármoles está siendo afectada la calificación de Ándalus. Esta situación ha provocado tensiones entre los otrora amigos que, según nos informan, llegaron a las manos en una discusión sobre la aerolínea.
Mientras el actual director general, José Ruiz Vicente, ex directivo de Air Madrid, intenta llagar a una solución con Caja Granada (propietaria de 13’79% de Ándalus), entidad de la cual es consejero el propio José María Martín Delgado, su consejero delegado, Fernando Guerrero se dedica a disfrutar de su nuevo velero. Fuentes de la entidad crediticia granadina han manifestado a este medio que su intención es deshacerse de sus participaciones en la aerolínea. Lo cierto es que Ándalus lleva varios meses a la venta la módica cantidad de 1 euro, pero su deuda de 7,5 millones no la hacen atractiva para ningún inversor.
Mientras tanto, los trabajadores de Ándalus, que llevan meses sin percibir sus sueldos, están siendo sometidos a una política de acoso parte de José Ruiz Vicente, acostumbrado a estas prácticas desde que trabajó en Bravo y Air Madrid. Lo cierto, es que las demandas de clientes, proveedores, empleados se acumulan en los juzgados mientras los plazos dados AESA para retirar la licencia de Aeronavegabilidad (AOC) se acercan a su fin sin que la compañía haya presentado un plan de viabilidad creíble.
Fuentes jurídicas consultadas prnoticias creen que los propietarios de Ándalus deberían haber presentado un concurso voluntario de acreedores al saber, a ciencia cierta, que le es posible devolver los tes de los billetes no volados y no poder hacer frente a sus obligaciones a corto plazo. De ser así, los directivos y dueños de la compañía podrían estar incurriendo en un grave delito, situación que alarma a Aviación Civil.
A pesar de las continuas manifestaciones de sus socios, el futuro de Ándalus es realmente complicado y es poco creíble que inversores o entidades de cualquier tipo acudan en su socorro.
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