INCLUYE VÍDEO Según la OMS y la FAO, el g pensado para los más pequeños, sobre todo el de comidas de alta densidad energética y comidas ‘Fast food’, es una de las principales causas que influyen en el aumento de la incidencia de la obesidad. En España, desde 2005 el código PAOS regula algunos de estos aspectos en el lado de la publicidad. ¿Cómo comunicar a los más pequeños en este contexto?
Según una reciente investigación llevada a cabo Consumer Eroski sobre los anuncios de televisión dirigidos al público infantil, casi la mitad de los alentos anunciados no pueden ser incluidos en una dieta saludable. El dato es muy elocuente: el 44 ciento de los productos de alentación anunciados a la hora en que los niños ven más la tele a diario son chocolates y derivados (9,5 ciento), caramelos y golosinas (8 ciento), y productos de bollería y pastelería (8 ciento).
Este hecho, unido al aumento del sedentarismo de nuestros pequeños, ha hecho que la obesidad infantil se convierta en un auténtico problema de salud pública, llegando la tasa de niños con sobrepeso al 16 ciento en nuestro país. Ante esto, ya se han comenzado a tomar las preras medidas regulatorias, sobre todo en el marco de la publicidad y el g dirigido a los más pequeños.
En este contexto, donde cada vez los niños juegan un papel más tante como consumidores activos, muchas empresas de publicidad, g y relaciones públicas se enfrentan a numerosos obstáculos a la hora de llegar a este tarjet tan atractivo. Arista Kids& Teens es una agencia de g especializada, precisamente en este sector de consumidores, y según su responsable, Miguel González, ‘el público con el que trabajamos debe estar enmarcado en un código ético muy definido, que creemos que no vale todo. Creemos que la venta no plica ser un desalmado’.
Respecto al problema de los productos, sobre todo alentos, que son altamente responsables de los altos índices de obesidad, Miguel González asegura que la responsabilidad no se la puede echar solamente a la influencia de los medios de comunicación y la publicidad, sino que es una responsabilidad compartida. ‘El problema está en cómo potenciamos los hábitos de vida activa. Y creo que hemos pecado de no potenciar, precisamente, el dete. Mientras que sí se han potenciado actividades sedentarias’.
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