Se aginan si a alguno de los mandatarios fascistas latinoamericanos de antaño, padres de algunos de los mandatarios fascistas de izquierdas actuales, se le hubiese ocurrido decir que comer pollo te acabas volviendo MARICÓN… ¡Se habría armado la de San Quintín!…
En el Ayuntamiento de Madrid, capital de España hay un concejal del partido socialista (PSOE) que se llama Pedro Zerolo. Es un canario consecuente con su condición homosexual, un luchador las libertades individuales de los gays, lesbianas y grupos feministas y de maltratadas… se olvida, como el resto de los políticos que cuentan víctas, de los niños, los ancianos, los de integración, los hombres que se suicidan acosos de género, en este caso femenino… Y Pedro, que es homosexual, es amigo de Evo, con lo cual me agino que allí, o allá, en la Bolivia de Evito seguro que se ha comido más de cuatro pollos y a alguna de sus hermanas, y se habrá abrazado como un koala a Evo para decirle como le queremos en España y como valoramos sus académicos discursos. ¡Hace falta ser patán!, debería ser motivo suficiente para cesarlo (dicen los políticos de aquí en privado), para hincharse a largar en público que ellos entienden que Evo se ha liado.
Hace unos años asistí a un sucedido casero que os cuento. Vivía en una casa adosada, más bien agobiada, y la chica que trabajaba en casa de mi vecina (la de al lado) era ecuatoriana. La joven se había venido desde el Chborazo a Madrid, dejando allí a su hijo y a su marido. Al pronto el marido aparece en Madrid, se la lleva a vivir a una casa cerca de la de los vecinos, y a los pocos días aparece con la cara como el ecce homo. Mi vecina que era bastante histérica y siempre veía gigantes en lugar de molinos cogió a la muchacha la pechera y la dijo: ‘No debes dejar que te toquen, no debes nunca permitir que te hagan nada, son todos unos cabrones, ahora mismo a la comisaría. Si le perdonas lo volverá a hacer. Vosotras en vuestros países dejáis que os hagan de todo, son unos machistas hijos de puta…’ La pobre muchacha lloraba desconsolada y no se podía explicar de las emociones intensas que sentía. Vivíamos muy cerca del cuartel de la Guardia Civil, y se marchó con ella a presencia del sargento para denunciar al malhechor. Después de la perorata que soltó la vecina, de las veinte clases de acosos de los que habló, no hacerlo de maltratos y todo tipo de calificaciones y subcalificaciones del delito, se le preguntó a la apenada chica… Ella no paraba de llorar… De repente se abre la puerta del cuartel e incomprensiblemente aparecen dos de los hijos de la histérica señora en compañía de dos guardias, esposados y con barro y muestras evidentes de pelea… La chica no podía levantar la cara, y continuaba llorando aunque se acercó como buscando protección a uno de los guardias allí presentes… Sólo dijo la pobre Giselle: ‘han sido ellos’…
Los chavales, perdón los hijos de la prejuzgadora habían sido detenidos peleas, borracheras y ataques a mujeres extranjeras… ¡Vaya joyitas!
Lo que dijo Ebrio Morales es más de lo mismo, es la representación de un cacique con camiseta de los andes, como podría ser del señorito que se arruga ante los amigos y sus negocios. El hombre (como especie humana) acá decos Miembros/Miembras, tiene derecho a disfrutar de su sexualidad como le plazca, siempre que con esta actitud no incomode la libertad del de al lado… Pienso ponerme ciego de pollo y de follar, garchar, coger, enhebrar…
Os quiero a todos que sois míos.
Pedro Aparicio Pérez
Director de prnoticias.com