Tanto la Dirección General de Aviación Civil, como la Agencia estatal de Seguridad Aérea (AENA), el ministerio de Fomento y el Ejército del Aire (del ministerio de Defensa) han suscrito el Plan Local Español de Implementación del Cielo Único que abarcará desde este año hasta el próxo 2014.
Con las reglas del juego marcadas y aceptadas los actores principales, ahora hace falta ver si se respetan y se alcanza la meta. Entre los objetivos se destaca el ahorro de 11,5 millones de euros en carburante y de la reducción de 16,5 millones de toneladas de emisiones de CO2 .
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Este proyecto se encuentra dentro del Plan Europeo de Implementación del Cielo Único y entre los ideales detallados y las líneas de actuación comunes para toda la Comunidad Europea, se pretende ganar capacidad de espacio aéreo, mejorar la seguridad, reducir el pacto ambiental, y disminuir los costes de cada vuelo hasta llegar a un 50% menos. Para ello, no sólo habrá que firmar documentos, sino que tendrán que lograr terminar con las barreras nacionales, y hacer una tante inversión en tecnología.
En el Plan local de España se han plantado unas rutas RNAV (Random Navigation: Navegación de Área). Con estas rutas se consigue llegar al destino de forma más directa y se acortan distancias, lo cual significa un ahorro en combustible y en emisiones de CO2 tante. Se ha puesto un especial interés en la colaboración civilmilitar y se ha flexibilizado el espacio aéreo. Para realmente conseguir incrementar la capacidad aérea se trabajará desde el Centro del Control del Tráfico Aéreo de Madrid con un grupo de nueva creación: OPGEA (Organismo Permanente de Gestión del espacio Aéreo). Si la teoría se lleva a la práctica y no ha habido grandes errores de cálculo, cada vuelo podría llegar a ahorrar entre 300 y 500 kilos de combustible lo que significa entre 1000 y 1600 kilos de CO2.
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