- Los expertos aseguran que si el Paciente sabe que su médico fuma, disminuye y relativiza mucho el valor de sus consejos y anula el refuerzo psicológico para abandonar el tabaco.
La adicción a la nicotina, una de las más intensas que se conocen, hace que dejar de fumar sea difícil. Eso lo saben todos aquellos que han intentado dejar el hábito del tabaco. Pero si los propios sanitarios fuman, seguir sus consejos para abandonar el tabaco apenas tendrán efecto en los pacientes que piden ayuda a los médicos para dejar de fumar.
Este hecho ha sido ratificado en la jornada ‘Romper con el tabaco ¿es un deseo o es una necesidad? Nuevas estrategias para conseguirlo’, organizada la compañía biomédica Pfizer, con el objetivo de ayudar a reflexionar a los profesionales sanitarios fumadores sobre la tancia del abandono total del tabaco.
Durante la jornada se abordaron aspectos como la manipulación con aditivosadictivos a las que están sometidos los cigarrillos y sus efectos tóxicos como el denominado humo de tercera mano, que forma numerosas capas de toxinas y cancerígenos en la ropa y el pelo, muebles, alfombras o comida. De este modo, el humo de tercera mano afecta en especial a lactantes y niños, pues están más cerca de esas superficies contaminadas.