‘BP es el responsable de esta catástrofe. BP pagará la factura’, así de tajante se mostraba Barak Obama ante el desastre ocurrido a raíz de la explosión de su plataforma petrolífera en el Golfo de México, el pasado 21 de abril y el consiguiente vertido de fuel que alcanza las costas de Louisiana, Alabama, Mississipi y Florida. El presidente americano se ha erigido ante la opinión pública como juez y cercano vigilante de la lpieza de las costas americanas parte de la petrolífera británica cuya popularidad, y acciones en bolsa, ha caído geométricamente desde que ocurriera el accidente. ‘No es nuestro vertido pero sí es nuestra responsabilidad’ con estas palabras, Tony Hayward, consejero delegado de BP, asumía la responsabilidad de una catástrofe con multitud de consecuencias, no sólo a nivel reputacional sino en otros frentes como el económico, legal o ecológico.
Se trata de una crisis con precedentes conocidos como el ocurrido en marzo de 1989 con el hundiento del petrolero de Exxon Valdez frente a las costas de Alaska o, más cercano, la ruptura del Prestige frente a las costas gallegas el 13 de noviembre de 2002. Silitudes y diferencias de dos situaciones parecidas. Enrique Alcat, experto en Comunicación de crisis, considera que en este caso, los actores (gobierno, BP, asociaciones ecologistas, etc) están jugando su papel de manera correcta: ‘tanto el gobierno de EEUU como BP han actuado con rapidez’, señala Alcat. ‘Han visitado la zona, han dicho lo que tenían que decir: Obama tiene asuntos más tantes sobre la mesa y ha querido atajar el tema con una respuesta clara, directa y tajante’. En este sentido, la petrolífera ha desarrollado un espacio específico en su web bajo el título ‘Golfo de México, la respuesta’ donde recogen sus actuaciones en la lpieza y recuperación de la zona, gráficos, mapas… etc. Miguel López Quesada, experto en gestion de crisis, también señala esta rápida actuación de la petrolífera como uno de los puntos fuertes en los que BP tiene que apoyarse evitando entrar en una discusión acerca de las causas o responsabilidades del incidente, que les conduciría a una espiral irresoluble.
Sin embargo, las organizaciones ecologistas no ven adecuada esta respuesta de la petrolífera y del gobierno. Desde Greenpeace, Sara del Río afirma que, al igual que ocurrió con la catástrofe del Prestige, la información que se ofrece desde instancias gubernamentales o BP sigue siendo lenta y no esta contrastada. Un dato sería que, mientras que el gobierno americano sigue cifrando el vertido diario en 5.000 barriles (800 toneladas diarias) otras fuentes, considerando el tamaño de la marea negra, hablan ya de 25.000 barriles diarios (4.000 toneladas). Greenpeace, su parte, ha puesto en marcha una campaña en su web donde ofrecen información desde la misma zona del vertido, recaban donativos y reclutan voluntariado tal y como hacen en crisis silares.
¿Y después?
Esta es la gran pregunta, ¿qué pasará en la segunda fase de la crisis?
Hasta el momento, la sensación de unidad entre los factores plicados parece ser la tónica de actuación de estos preros días. Sin embrago ya empiezan a surgir algunos datos que permiten dudar de una gestión sin roces: sólo en el estado de Louisiana, las pérdidas en el sector de la pesca supera los 757 millones dólares y afecta a casi 10.000 puestos de trabajo.
Enrique Alcat señala esta segunda fase como la realmente preocupante en cuestión de crisis, se trata del momento en el que comiencen a aparecer quejas o denuncias que BP no quiera asumir, entrando, de este modo en colisión con otros intereses entre los que se encuentran coberturas jurídicas, sociales y laborales de los afectados. En esta línea se manifiesta también López Quesada que señala que, en esta segunda fase, Obama tendrá que cuidar su posición para demostrar que lidera las labores para resolver los problemas que se multiplicando su tipología a medida que pasen las semanas.
Hasta el momento, la agen de la petrolera no ha resultado excesivamente dañada debido a la celeridad de sus actuaciones. El tiempo dirá hasta qué punto la marea de fuel tiñe de negro el sol de BP.
Seguiremos informando…