Es un contrasentido que en el Año Santo compostelano en el Madrid hayan despedido al único “pellegrino” que tenían en la casa. Y además, lo han hecho como si el club fuera una sucursal del Fondo Monetario Internacional, donde lo que menos ta son las maneras y lo que más se valora son los réditos a corto plazo. Así es Don Florentino y así acabará Mouriño si no le pispa la liga al Barça la próxa temada. Ayer cuando escuchaba las encuestas que se hacían entre los socios me reconfortaba con sus respuestas de sentido común y dignidad, que se iban en la dirección contraria al criterio de la actual Presidencia del Club. Era el Real Madrid de siempre, que a los cules nos ha dejado muchas veces sin títulos, estar bien organizado y tener más “sentidiño” que diría mucho mejor Fernández Albor, que aquellos empresarios del Textil que antes ocupaban el palco del Nou Camp alardeando de dinero y de soberbia. Hoy a los candidatos que aspiran a ocupar la poltrona que va a dejar, mal que le pese, el también polémico Lata, se les exige, antes de que pierdan “la chaveta” con los títulos que consiga el equipo, que sean competentes y nada engreídos y, sobre todo, que avalen con su patronio las deudas que contraigan durante su mandato. Vamos, que aten el famoso aval que Florentino le sacó a La Caixa. Los socios, como a los de su eterno rival, le gustan los entrenadores serios y educados como Guardiola, o Luis Enrique que dirige un filial magnífico, que están hasta las narices de tanto fantasma que camina entre ellos con la anacrónica idea de que al pueblo hay que darle pan y fichajes para que se olvide de sus problemas. Y eso, ha dejado de tener sentido, afortunadamente.
Manuel Fernando González
Editor y director