La Democracia tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Entre las preras algo fundamental: la libertad de pensar, la libertad de escribir y la libertad de elegir.
(Bueno y eso no del todo, al menos aquí en España, donde se puede elegir todo y a todos menos al Jefe del Estado). Entre las segundas algo inevitable: que lleguen a puestos tantes algunos tontos de capirote, corruptos, chaqueteros o cobardes. Comencemos las malas. Porque hay algo que me quema la sangre: el comtamiento cobarde y tonto de capirote del actual Presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, D. Fernando González Urbaneja (¡Dios, que personajillo¡). Ha criticado, haciéndose el valiente, a la retera de Telecinco, Sara Carbonero, que según él estaba ejerciendo con malas prácticas periodísticas su labor en el Campeonato Mundial de Fútbol y a la cadena que compró los derechos de la Selección española situarla detrás de la tería del tero Casillas, al parecer la “pareja” actual de la joven y bellísa retera. Metiendo la pata hasta el fango, pues toda la profesión sabía que esas posiciones las marca la FIFA. O sea, un Presidente tonto de capirote, prero ignorante y después insolidario con una colega. Pero, más grave que esa metedura de pata ha sido su escandaloso silencio en el caso Ucelay y Punto Radio. ¿Cómo es posible que el Presidente de los periodistas no monte la de Dios en defensa de un buen profesional al que despiden el único pecado de oponerse a la mayor chapuza del Imperio? ¿Podía un profesional aceptar ir a Sudáfrica para narrar los partidos encerrado en la habitación de un hotel y viendo la televisión para evitarse la empresa pagar los derechos que exige la FIFA?. Si Ucelay hubiera aceptado eso entonces tendría que haber sido el señor Urbaneja el que solicitase su excomunión y su despido. Pero, afortunadamente, todavía quedan periodistas que prefieren pasar frío en la calle a humillarse de rodillas ante el dinero. Bien, pues, D. Ángel González Ucelay y mal, muy mal el cobarde Urbaneja. Y le llamó sólo cobarde que su cobardía ha quedado de manifiesto. Le llamaría además otra cosa si es cierto que se la tragó que es un colaborador que cobra de Punto Radio o Vocento. Eso sería corrupción, si es verdad. Está claro, la Democracia produce también este tipo de personajes o personajillos.
Ahora vayamos al encuentro del general McChristal, el máxo responsable de las tropas estadounidenses y de la OTAN en la Guerra de Afganistán (y, ojo Señor Zapatero, que aquello sí es una guerra, mucho más sería que la de Irak, de la que usted huyó sólo ganar cuatro votos. Allí sí han muerto ya soldados españoles y usted mira a otro lado). Bien, el general americano ha sido cesado fulminantemente el Presidente Obama y todos los humillados ante el Poder de la Casa Blanca lo han aplaudido. Tal vez lo que no se ha resaltado es que el general de cuatro estrellas ha sido cesado cantarle las cuarenta al Presidente y su equipo y criticarle su modo de llevar la guerra. ¡El ejército tiene que estar sometido al Poder civil en una democracia¡ dicen. Y es verdad. Pero, no dicen algo muy tante. Quizás que no saben la diferencia que hay entre una persona leal y una persona fiel. ¿Qué diferencia hay entre un LEAL y un FIEL? Muy sencilla y muy clara. Es fiel el que obedece sin rechistar, aunque no esté de acuerdo con la orden recibida. Es leal el que obedece después de haber dicho lo que piensa .Napoleón exigía a sus generales que opinaran sobre los planes de batalla, aunque luego hiciera lo que le daba la gana. La Iglesia, el contrario, no acepta leales y sólo quiere FIELES (o sea, personas que acepten los dogmas y la doctrina de Roma sin pensar y sin rechistar, y han excomulgado a los que se atrevieron a opinar, sólo a opinar).
El general McChristal sabía, además, que con sus declaraciones se ganaba un cese fulminante y prueba de ello es que acudió a la Casa Blanca con su carta de disión escrita… y es que, como ha dicho después, enca de un Presidente e incluso de un cese y un anatema está mi país, y mi país son los Estados Unidos de América. ¡ Eso es ser leal ¡ Decir lo que piensas a sabiendas de que vas a perder el sillón y las prebendas.¡ Dios, si hicieran eso nuestros Diputados¡. ¿Y nuestros generales? ¿Dónde está ese general con mando, no jubilado, que le diga al Presidente Zapatero que retirarle la Bandera a un ejército es como caparlo? ¿Dónde está ese general que le diga que los juramentos ante la bandera son sagrados o que la Unidad de la Patria está enca de los Gobiernos?. Me temo que el HONOR se quedó en las páginas de Calderón de la Barca. Cosa normal si una docena de huevos se puede comprar en cualquier supermercado 1 o 2 Euros. Memoria Histórica.