Quien dijo aquello de que perro no muerde perro?
¡Suprámoslo de nuestras referencias! No es más que una frase hecha y bien está que sea así.
Nunca ha sido cierto, pero si quedaba alguna duda ahí esta el ejemplo de cómo una selecta tropa de opinadores profesionales se han lanzado a la yugular de Gonzalez Urbaneja, presidente accidental de la Asociación de la Prensa de Madrid, dar su opinión personal o profesional, que más da sobre la más que dudosa decisión de Tele 5 de “utilizar” a la periodista Sara Carbonero en el campeonato mundial de fútbol de Sudafrica, aprovechándose de sus relación sentental con Iker Casilla, que como casi todo el mundo sabe es el tero principal de la selección española, llamada “la roja”.
Una buena parte de estos opinadores profesionales que día tras día despellejan, descalifican, insultan, deshonran al más pintado, han salido en tromba a dar caña a Gonzalez Urbaneja, calificándole de machista para arriba, en un ejercicio de splismo grandioso, demostrando hasta qué punto Bibiana Aido está triunfando y cuan fácil es confundir el culo con las témas. Le han dado hasta en el cielo del paladar. ¡Oiga, como lobos tras su presa!
Nadie, sin embargo, ha osado dedicarle un minuto a enjuiciar a la conocida cadena haber elevado la telebasura a cotas de indignidad inaginables y que no tiene empacho alguno en utilizar a una buena profesional en beneficio del supuesto morbo que permita a la cadena seguir subida al machito de las audiencias. Que sea periodismo o espectáculo lo que hace esa cadena, es un debate irrelevante en este debate.
Envidias, deudas pendientes, otunismos…todo sale en una ocasión como esta y nadie parece tener el más míno recato intelectual cuando llega el momento del “y yo más”. Pues eso, a seguir pastoreando.
Cuando empezaba en esto del periodismo…económico precisamente con Fernando Gonzalez Urbaneja, nos incorábamos a una corriente profesional nítidamente definida, que representaba un radical cambio con el pasado, demasiado acostumbrado a mezclar ejercicio de la profesión con cuentas de resultados ajenos y propios. Aprendí entonces una máxa que he tratado de seguir a pie juntillas el resto de mi vida y que se resume en que la mezcla de ambos mundos, son mala cosa y que si uno quiere invertir en bolsa nunca debe dedicarse a hacer comentarios bursátiles.
De esto, Tele 5 sabe muy poco, al igual que ignora los más elementales principios de los códigos de buen gobierno los que se rigen las compañías serias y para las que la reputación es un activo preciado. Pero como aquí se ha instalado el “todo vale” y la cadena de televisión es una actual y potencial fuente de ingresos, pues saca a la cuadra contra el enemigo que seguro que pillamos algo.
Sara Carbonero, a la que solo conozco lo bien que realiza su trabajo y que es un bellezón calificativo que utilizo aún a riesgo de que me tachen de machista los guardianes del centeno es un elemento pasivo de esta historia, aunque muy bien podría reclamar incluso exigir que no se la utilizara como gancho y que su papel está arriba, de comentarista, sustituyendo a quienes están haciendo todo un papelón en la retransmisión de los partidos de Tele5.
Y dicho esto, ¡coño! Fernando, no te metas en más jardines. Hay mil cosas supuestamente más tantes.
Carlos Díaz Güell
