El dete es sano. Eso ya lo sabíamos. Pero practicarlo cuando se padece una cardiopatía puede ser del todo contraproducente. La FEC considera que los niños con cardiopatías congénitas pueden practicar dete, bajo supervisión del especialista.
Las cardiopatías congénitas son malformaciones estructurales del corazón y de los grandes vasos que están presentes en el momento de nacer. Cada año nacen en España 4.000 niños que sufren una cardiopatía congénita, una patología que afecta a ocho de cada mil niños nacidos vivos.
La mayoría de los niños que sufren cardiopatías congénitas pueden y deben llevar una vida lo más normal posible en todos los aspectos. Así, el dete recreativo es muy recomendable para casi todos los niños con cardiopatías congénitas. Han de evitare los detes competitivos y se debe contar con el asesoramiento del cardiólogo pediátrico que le hará una prueba de esfuerzo para comprobar el estado de su corazón.
Este también es el caso de los niños que estén en tratamiento médico su cardiopatía, siempre contarán con un informe médico y las recomendaciones otunas de su cardiólogo.
El ejercicio físico siempre es aconsejable, ya que una parte ayuda a los niños a completar su desarrollo motor y, otra, les sirve para disminuir las patologías derivadas del sedentarismo y los malos hábitos nutricionales (obesidad, diabetes, etc.) que son el origen de la enfermedad coronaria del adulto y que debemos prevenir desde la infancia.