Los padres trabajan y ya no tienen tiempo de preparar meriendas. Ahora se lanzan a la bollería industrial y las chucherías para alentar a los hijos, hijos que pasan cada vez más tiempo delante del ordenador. La obesidad infantil ha llegado para quedarse.
Hoy en día, uno de cada tres niños se encuentra enca de su peso ideal en nuestro país, cifra a la que también contribuye, de forma tante, el elevado consumo de chucherías y bollería industrial
En este sentido, el Instituto de Obesidad quiere hacer público su rechazo al consumo indiscrinado de este tipo de productos, apoyando la medida proyectada el Ministerio de Sanidad para el próxo curso de prohibir la venta en los colegios de bollería, chucherías, aperitivos y refrescos. De hecho, algunos estudios sitúan en unos 4 kilos al año el incremento de peso que pueden llegar a provocar estos productos dado su alto contenido en grasas y azúcares.
Así, cabe recordar aquí que tanto las chucherías como la bollería industrial o los refrescos son productos hipercalóricos que provocan, si se consumen en cantidades desprocionadas, un exceso de glucosa en sangre que se transforma en grasa. Sobre esta base, convertir consumos esádicos en hábitos diarios llevará aparejado, inexorablemente, un aumento de peso.
Además, las golosinas tienen un valor nutritivo casi nulo, hallándose constituidas, básicamente, azúcares sples de rápida asilación, aditivos y colorantes artificiales. Estos y otros factores contribuyen al incremento de menores con sobrepeso, que ha pasado del 5% a más del 30%. Asismo, en estos momentos un 10% de menores son obesos, mientras que los últos informes arrojan un incremento de peso enca de los cinco kilos en los niños de hoy con respecto a los de hace tres décadas.