El Hospital Universitario La Paz lidera el grupo de trabajo Demencias de la Comunidad de Madrid que elabora un estudio clínico para analizar los factores predictores de desarrollo de demencias en personas con deterioro cognitivo ligero. Su objetivo es crear un mapa de predicción de riesgo de Alzheer. Prpacientes habla con la investigadora que lidera el proyecto, Ana Frank García.
Una peculiaridad de este estudio es que permitirá conocer si en España existen diferencias con respecto a otros países. Asismo, los resultados del trabajo tendrán pacto asistencial, ya que si se puede determinar cuales son los factores de riesgo más tantes para padecer la enfermedad de Alzheer.
En el estudio participan más de 25 investigadores de 17 hospitales del Servicio Madrileño de Salud, de centros asistenciales del Ayuntamiento de Madrid, de la Universidad Complutense y de la UNED. La investigadora principal es la doctora Ana Frank García, experta en demencias del Servicio de Neurología del Hospital La Paz.
¿En qué consiste el estudio?
Es un estudio en el que pretendemos que se incluyan 300 personas mayores de 65 años que viven en la Comunidad de Madrid y están repartidos en tres grupos. Un grupo de personas que están perfectamente desde el punto de vista cognitivo. Otro grupo, que son personas que son autónomos, pero ya aquejan algún problema de memoria y que cumplen criterios clínicos de deterioro cognitivo ligero; y otro grupo de personas con la enfermedad de Alzheer en un estadio leve, pero que ya tienen criterios clínicos de diagnóstico. En estos tres grupos, lo que hacemos es someterlos a muchas pruebas. No son pruebas invasivas, no son pruebas que conlleven especial riesgo. Pero son muchas. Se realizan una vez al año.
¿Cuál es el objetivo?
Lo que pretendemos es hacer un seguiento longitudinal en el tiempo. Lo que queremos es ver qué combinación de esas pruebas pueden ser las más idóneas para predecir, antes de que ocurran los síntomas, el riesgo de qué personas van a padecer la enfermedad. El objetivo final es, mediante programas informáticos, poder establecer un mapa de riesgo para informatizarlo, e introduciendo una serie de parámetros, el médico de cabecera podrá diagnosticar el riego de padecer la enfermedad al paciente.
¿A través de qué pruebas se va a llevar a cabo el seguiento?
Las pruebas, algunas de ellas son clínicas: hacemos una exploración neurológica, una valoración de los hábitos de salud, de los factores de riesgo vascular, tomamos la tensión arterial, tomamos análisis de sangre para el azúcar, colesterol, valoramos índices antropométricos, es decir, si hay obesidad o no… Todo esto en el ámbito clínico. También hacemos exploraciones neuropsicológicas, con test de memoria y de orientación para evaluar el funcionamiento del cerebro en las funciones superiores: memoria, atención, concentración, reconociento de figuras abstractas. Luego hacemos una prueba de agen cerebral mediante una resonancia magnética. Con un aparato de últa tecnología, se hace una recogida de la agen a través de distintas técnicas para hacer estudios estructurales: ver si hay atrofia del cerebro y en qué regiones hay más atrofia; y también estudios funcionales, de cómo está el flujo sanguíneo cerebral.
Además de la valoración clínica y neuropsicológica, hacemos un estudio vascular para ver la reserva hemodinámica. Mediante unas ondas de ultrasonidos, silares a las que se utilizan para escuchar los latidos fetales, vemos si el sujeto tiene una buena reserva vascular, cerebral, o tiene un déficit en la reserva hemodinámica. Otros parámetros que tenemos en cuenta son la extracción de una muestra de sangre. Esta muestra es repartida en tubos distintos, y cada uno de ellos va dirigido a une etudio diferente. Unos tubos van dirigidos a un estudio genético para ver si hay predisposición genética o genes alterados. Otros tubos van a un estudio de factores inmunológicos. Y otros tubos van a estudios de factores bioquímicos. Son muchísos parámetros de medición en un mismo sujeto y cómo vamos a tener la otunidad de hacer un seguiento a lo largo del tiempo, veremos si esos parámetros en una combinación determinada pueden indicar un riesgo de evolucionar a Alzheer, o un factor de protección. Esto lo sabremos cuando hayamos realizado un seguiento de estas personas durante un par de años.
¿Por qué no han incluido pruebas como el análisis del líquido de la médula espinal, después de los estudios publicados recientemente respecto a su alto grado de valor en el diagnóstico precoz?
No hemos incluido pruebas como el análisis del líquido de la médula espinal, el líquido encefaloraquídeo, que requiere acudir a una técnica cruenta. Es una técnica basada en una punción lumbar y es un poco más molesta que un sple análisis de sangre. Nosotros queremos medir esos mismos parámetros de proteína TAO y el líquido betaamiloide, que son los que en el líquido encefaloraquídeo parece que pueden ser factores de predicción, junto con muchos otros, los queremos analizar en la sangre. No hemos incluido punción lumbar que entendemos que es una prueba más agresiva que puede dar alguna molestia, y como invitamos a participar a personas sanas, a personas que están bien, obligarles a hacer una prueba que entraña cierto grado de molestia no nos parecía adecuado. Todas las pruebas que hacemos son pruebas no invasivas.
¿Qué otras líneas de diagnóstico se están investigando a cabo a nivel internacional?
A nivel internacional, otra de las pruebas de diagnóstico que se está llevando a cabo, es una resonancia magnética comparándola con una técnica de tomografía emisión de positrones en el que se inyecta en la vena del sujeto un marcador que se fija en una sustancia, el amiloide, en el cerebro. Así, ya se puede obtener una agen de captación patológica de amiloide años antes de que el sujeto desarrolle síntomas. Pero es una técnica muy costosa.
En definitiva, lo que queremos es ‘descifrar los recuerdos’, ya para ello necesitamos la colaboración de muchas personas, que la clave está en tu cerebro.
Participan una docena de centros que nos permite localizar a los Pacientes de Alzheer, pero personas mayores que están sanas o que tienen ligeros trastorno de la memoria, son tantísas. Necesitamos que estas personas colaboren, y tienen que ser ellos los que de ‘motu propio’ vengan a nosotros y quieran contribuir a la investigación. Por eso decos que la clave está en su cerebro, en personas mayores que no tienen la enfermedad.
Seguiremos informando…