Con casi cuatro millones de parados, y la inestabilidad del sistema laboral en nuestro país, si hoy hoy es complicado encontrar o mantener un empleo, las dificultades aumentan para las personas con VIH a causa de la ignorancia y la discrinación. Más de la mitad no encuentran trabajo, y no es casualidad.
El rechazo social hacia las personas afectadas el VIH o Sida sigue siendo una realidad en nuestra sociedad. Seis de cada diez ciudadanos se sentiría incómodo si su hijo compartiera colegio con un niño que tiene infección VIH, un tercio de los españoles evitaría el contacto con una persona que vive con el virus y el 18 ciento estaría de acuerdo en hacer públicos los nombres de las personas afectadas para poder evitarlos. Estos datos pertenecen a la últa encuesta presentada SEISIDA (Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA) y reflejan que el rechazo social hacia las personas afectadas el VIH o sida sigue siendo una realidad en nuestra sociedad. Los prejuicios y la ignorancia en torno al VIH perpetúan un estigma que infunde miedo a la sociedad y dificulta a las personas afectadas revelar que viven con VIH en determinados entornos como el laboral, aseguran desde SEISIDA. Asismo, todavía se considera que el virus del VIH se trasmite un estornudo, un beso o compartir el baño.
Sin embargo, la realidad actual de las personas con SIDA ha cambiado mucho en los últos años respecto a la esperanza y calidad de vida, debido a los resultados de las nuevas terapias antirretrovirales. La infección SIDA afecta con especial crudeza al tramo de la población entre los 20 y los 40 años, es decir, a personas en plena edad productiva. Frente a las situaciones de incapacidad que se daban anteriormente, hay ahora muchos hombres y mujeres seropositivos con perfecta capacidad de incoración al mundo laboral. En el comienzo del informe sobre la cooperación técnica de la OIT (Organización internacional del Trabajo) sobre Sida, www.ilo.org/aids, Franklyn Lisk, director del programa de la OIT sobre VIH/SIDA y el mundo del trabajo, sostiene que ‘el hecho de que casi el 75 ciento de los 40 millones de personas que viven con el SIDA sean trabajadores significa que la acción en el lugar de trabajo es un factor decisivo en las estrategias encaminadas a romper el nefasto círculo de la epidemia’.
Y como prueba, en el estudio ‘Integración laboral de las personas con VIH: estudio sobre la identificación de las necesidades laborales y la actitud empresarial’, realizado la Coordinadora Estatal del VIHsida (CESIDA), junto con la Universidad del País Vasco y la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y financiado FIPSE (Fundación para la Investigación y la Prevención del Sida en España), se destaca que 1 de cada 4 trabadores con VIH es discrinado en el mundo laboral. La tasa de desempleo es del 57 ciento en personas seropositivas y muchas de ellas desearían encontrar un trabajo. Según declara a prsalud, Joan Bertrán, director del Observatorio de Derechos Humanos y VIH/SIDA de la RED2002, ‘se detecta una dificultad mayor que la población general. Las razones son varias. Si piden unas pruebas de acceso, y te niegas a hacerlas, ya quedas automáticamente descartado. Si te las haces, y la persona tiene VIH, no le van a decir que no la contratan esta razón, pero nos hemos encontrado con personas y testigos que nos han confirmado que hay empresas que si en la prueba del VIH en las revisiones médicas da positivo, no le van a decir qué esa es la causa, pero seguramente no le van a contratar’.
La realización de la prueba de detección del VIH en el trabajo sin consentiento del trabajador o la realización de dicha prueba con consentiento en los casos que ésta no sea necesaria para desempeñar un puesto de trabajo concreto, aunque en la jurisdicción están prohibidas, se continúan haciendo, tal y como han detectado y denunciado desde los sindicatos. Si bien la persona trabajadora no tiene la exigencia legal de comunicar que tiene VIH, el ocultamiento de la enfermedad supone una presión y un estrés psicológico muy tante que no favorece el proceso físico (incluyendo el rendiento laboral). De hecho, en muchas ocasiones, la persona llega a poner en riesgo su propia salud, anteponiendo la ocultación de su seropositividad a aspectos como acudir a las citas de seguiento médico, o tomar correctamente el tratamiento médico. ‘La gente no dice su condición de seropositivo. Sólo lo hace el 30 ciento y el 22 ciento ha sido despedido. Esto debe ponerse enca de la mesa. Se tiene derecho a reservar su intidad pero no se hace visible’, según CCOO.
‘Tenemos constancia de que hay empresas que dentro de las pruebas de la revisión médica incluyen la prueba del VIH. Esta prueba no está justificada, ni siquiera en el ámbito sanitario. En ningún caso está justificado que se pida la prueba. En algunos casos se ha conocido que es un factor excluyente, y son los propios lugares de trabajo los que piden revisiones médicas en los procesos de selección. También se da el caso de la autoexclusión, en el que la persona si hay una revisión médica, miedo a que le hagan la prueba del VIH no se presenta’, declara Joan Bertrán en una conversación con prsalud.
Hay casos de discrinación pero preocupa más lo que no se ve, la discrinación al personal en las revisiones médicas. ‘Hay empresas que los utilizan para discrinar al personal. El problema es que a los sindicatos no llegan estos casos parte de las propias personas afectadas, lo que es una gran preocupación. Por eso, se trabaja en los protocolos de procesos de selección‘, según Raquel Gil, Secretaria de Igualdad y de Política Social de UGT Cataluña
El informe del prer semestre de 2010 del Observatorio constata que todavía es una realidad que las personas con VIH experentan discrinación en España. Una prueba de ello son los datos del Informe de Consultas del prer semestre de 2010 del servicio de Asesoría Jurídica del Observatorio de Derechos Humanos y VIH/sida de RED2002. Del 1 de enero al 31 de junio de este año, este servicio confidencial y gratuito ha atendido 90 consultas sobre los derechos de las personas con VIH/sida. Esta cifra representa un incremento del 55 ciento respecto al mismo periodo del año pasado.
En el 2003, la Red Comunitaria sobre el VIH/sida del Estado español (RED2002) creó el Observatorio de Derechos Humanos y VIH/sida, un proyecto que tiene objetivo abordar el estigma y la discrinación relacionados con el VIH, dar a conocer los casos de vulneración de derechos y sensibilizar a la población sobre esta situación. Todas aquellas personas que viven en España y consideren que han recibido trato discrinatorio relacionado con el VIH, pueden contactar con el servicio de Asesoría Jurídica, un servicio confidencial y gratuito,
Otro factor de exclusión, añade Bertrán, se produce cuando ‘las empresas deciden contratar a personas con discapacidad, ya que esta práctica les reta beneficios fiscales. Las personas no tienen la obligación de declarar la causa de esa discapacidad, bien sea un problema físico o psíquico, pero ya hay empresas que piden esa información, lo que se convierte en otro factor de discrinación para las personas que viven con VIH y se les ha concedido la discapacidad y se ven obligados a declarar su enfermedad‘.
Uno de los aspectos desde los que se lucha desde los distintos agentes sociales involucrados en luchar contra la discrinación VIH/Sida es, también, la reinserción laboral de estas personas. Las estrategias y actividades en esta materia deben establecerse conjuntamente entre los trabajadores, los empresarios y las organizaciones sindicales, y, cuando sea adecuado, con la administración y las organizaciones de afectados, coinciden la mayoría de asociaciones y ONG.
Para Joan Bertrán ‘Una de las principales herramientas para luchar contra la discrinación laboral es la formación. Formar a los trabajadores, y para ello utilizar a los representantes de los trabajadores. No hay una forma específica de abordar este problema. Estamos hablando de una cuestión basada en miedo y creencias en la sociedad. El campo laboral es donde se producen más consultas, y tanto donde se producen más situaciones de discrinación’.
El estigma hacia las personas con VIH/Sida sigue presente en nuestra sociedad, y la discrinación laboral es sólo una parte visible del problema. ‘El miedo se da partes iguales en el empresario y los compañeros de trabajo continúa Joan Bertrán. El empresario no siempre es el malo. Nos hemos encontrado con casos en los que compañeros de trabajo han utilizado la información sobre la enfermedad de la persona con VIH para desprestigiarla, y el empresario ha reaccionado poniéndose de lado de la persona con VIH y expedientando a la persona que estaba utilizando esta información de manera ilegita. El miedo está en la sociedad’
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