El futuro está en el tratamiento de enfermedades con células. Regenerar una médula rota un accidente, o una isquemia cardíaca, o un páncreas que no genera insulina está cada vez más cerca. Este es el fin de las innumerables investigaciones que se están llevando a cabo en cientos de universidades de todo el mundo, pero el futuro choca con la realidad: las leyes y los gobiernos no están preparados para este tipo de investigaciones. Una vez más, la ley va detrás de lo que la sociedad demanda.
Esta semana se reactiva en Estados Unidos el prer estudio mundial de células embrionarias en lesionados recientes medulares. Casualmente hasta hace poco tiempo estaba prohibido realizar investigaciones clínicas con células embrionarias ya que estaba considerado los grupos pro vida que se estaban ‘matando’ personas no natas. Alegaban que se criaban personas para curar enfermedades luego de matarlos.
En España la investigación con células embrionarias no sigue ese camino. No existen problemas éticos o legales que pidan la investigación y desarrollo de curas gracias a la Ley 14/2007 de Investigación Biomédica que establece muy claramente qué pautas seguir en el caso de embriones o fetos y cómo conseguirlos. En palabras de Augusto Silva, investigador del departamento de Medicina Molecular y Celular del Centro de Investigaciones Biológicas, del CSIC, ‘ la ley española es claramente aperturista que permite investigar y trabajar con células embrionarias, inducibles y adultas’.
Sin embargo, Europa aún no ha autorizado ningún ensayo clínico con células embrionarias ni inducidas, pero que no hay investigador que haya conseguido datos que verifiquen su bioseguridad. ‘Aunque en fase preclínica ha dado resultados prometedores en cuanto a que pueden utilizarse y convertirse en cualquier tejido, también es cierto que nos hemos encontrado con que producen teratomas, eso, ningún científico ha querido pasar a la fase clínica, es arriesgado’.
Cuando la comunidad científica pueda controlar el desarrollo indiscrinado de las células embrionarias habremos dado un paso de gigante hacia la regeneración de tejidos. El futuro ya está aquí, es parable, y viviremos para verlo.
