Recuerdo la época de las ‘igualas’… Para los más jóvenes les aclararé que era un pago mensual que se realizaba al médico de cabecera o al practicante (de aquella pinchaculos) que nos atendía cuando subían las fiebres. Todos nos moríamos de lo mismo (dolores de barriga)…
Igualas que nada tienen que ver con las que hoy se pagan miedo a que Sanifax diga algo, o no publique el informe… o no nos saque en la figura del día, o no comente que mi niño, el tercero, es el mejor para llevar las cosas de la pasta… ¿Cómo quedaría?: ‘El guapo, bien peinado’… bueno, así no, que recuerda las alabanzas a Güemes, y las más a Lamela y a sus 3S…
Pero, vayamos al tajo… Me cuenta una buena amiga que su hija está estudiando Enfermería (bendita y santa carrera) pero que sus profesores son mayoritariamente ‘auxiliares de clínica’… sí, sí como lo cuento… Increíble pero ahí está… Cuando no te cruzas con un iluminado que lo que se dedica es a recetar todo tipo de anfetaminas y tratamientos para enfermedades INEXISTENTES…
Hace muchos años, me presenté a la escuela de enfermería, eso de seguir los pasos de mi querido Padre, y me echaron (para variar), que me negué a hacer una cama… Iba a aprender a sondar, a coger vías, a curar… y todo lo que se les ocurrió fue mandarme hacer la cama… Repito, me echaron…
Y esta pobre niña que tiene todas sus ilusiones y sus 1.000 euros al mes, depositados en una marca que en principio no debería levantar sospechas, se encuentra con que su formación, la que está realizando en Montepríncipe del Grupo Hospital Madrid, está en manos de auxiliares… A lo más, un enfermero/a para cuatro y los protocolos y las acutaciones, manga hombro… Luego les acusaran de poner la vía de la orina en el lugar que no corresponde, pero eso sí, van a aprender a fregar de maravilla…
El Grupo Hospital Madrid cuenta con la infatigable mano de su creador, Juan Abarca Campal, que a buen seguro se sorprenderá cuando lea estas líneas y lo que en ellas denuncio. Aunque, no debería ser así con su sucesor y ‘heredero’, el doctor Juan Abarca Cidón, que seguro es conocedor del abuso y la desatención que se está perpretando en las instalaciones del valorado Montepríncipe… Hoy, no sé si la crisis, o los pagos de igualas, pero se resume en mano de obra que paga aprender en el Hospital, y recibe poco, nada… Los conocientos son lo de menos. Si no que pregunten a Máxo González Jurado y a su edificio alquilado los siglos de los siglos…
¿Una escuela de ENFERMERÍA que forma a ‘nuestros’ futuros enfermeros/as con la mano firme y conocedora de las auxiliares de clínica? Aprenderán de maravilla a hacer camas… ¿Y del resto?, quién se ocupa del resto… La enfermería que prescribe, la enfermería que cura, es aquella que se aprende de las manos de profesionales que sepan diferenciar entre catéter y retrete…
Y dice mi adulador amigo: ‘Es guapo, grande (jajajaja…), va con señoras de pierna alta y fresca, es un gran tipo al que en Francia llaman Monsieur Grecian… ¿De quién hablo?… Pues claro del socio de Sansón, o Sánson, que ya no me acuerdo…
Los estudiantes de hoy, serán los profesionales de mañana…
A VOLAR CON IBERIA…
SIEMPRE PONLE FRENO…
