11/10/2010 PRLATAM 102.839 SUSCRIPTORES A veinte días de la segunda vuelta de las elecciones brasileñas, ambos candidatos a la Presidencia del país pusieron toda la ca en el asador. El prer cara a cara en televisión entre Dilma Rousseff y José Serra tuvo como temas centrales la religión y la corrupción.
El debate fue tenso. José Serra se dirigió directamente a las polémicas que desfavorecen a la candidata oficialista con respecto a su postura ante el aborto, tema que podría costarle numerosos votos. ‘Usted estaba a favor de despenalizar el aborto y ahora dice que no’, atacó Serra, quien también hizo referencia a los escándalos de corrupción que salpicaron al gobierno de Lula da Silva.
Por su parte, Rousseff acusó a su adversario de querer privatizar las empresas públicas y los yacientos petroleros descubiertos en la costa brasileña. El principal mensaje de la candidata oficialista fue el de ‘continuidad’ y pidió el voto femenino para convertirse en la prera presidenta del país carioca. En el otro extremo, el candidato socialdemócrata pidió en la TV Bandeirantes un cambio para resolver ‘los atrasos’ en salud, educación y seguridad en los que vive Brasil.
La campaña electoral está en marcha. Ambos candidatos están haciendo uso ya de espacios gratuitos en radio y televisión de diez minutos que se transmiten la mañana y la noche. Mientras los mensajes electorales de Rousseff siguen la línea antiabortista y hacen alusiones a Dios, José Serra emplea sus diez minutos en presentarse como un candidato más preparado para guiar el destino del país carioca. Otra protagonista de los mensajes es Marina Silva, del Partido Verde, quien quedó tercera en la prera vuelta con un 19% de los votos.
Dilma Rousseff destacó que, sumados sus votos a los de Silva, la mayoría de electores quiere una mujer en la Presidencia. José Serra, sin embargo, realizó una lectura diferente de la prera vuelta al indicar que si se suman sus votos a los de la candidata del Partido Verde, 55 millones de brasileños dijeron ‘no’ a Dilma.
Una encuesta de Datafolha publicada el fin de semana confirmó el favoritismo de la candidata oficialista, que recibe un 48% de la intención de voto, pero también un ascenso del socialdemócrata José Serra, con un 41%. Catorce millones de votos separaron a los dos candidatos en la prera vuelta hace una semana, cuando Rousseff obtuvo un 46% y Serra un 32%.
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