Se la llama la epidemia silenciosa que afecta a más de 200 millones de personas en el mundo y no se la oye venir. Desgraciadamente, a veces el prer aviso de su presencia es el chasquido y el dolor que produce la fractura del hueso (la más grave, la de cadera o cabeza del fémur). Así es la osteoosis: una enfermedad insidiosa, que paulatinamente, durante años va afectando a la densidad mineral ósea y los huesos se van debilitando y haciendo frágiles. Es más prevalente en la mujer y se acelera el proceso con la menopausia.
Sin embargo, para no ser tan pesistas, hemos de admitir que, en la gran mayoría de los casos, es un problema en buena medida prevenible con una dieta equilibrada, ejercicio regular moderado y, en general, un estilo de vida saludable. Y si se empieza desde la infancia, mejor que mejor.
Hay dos elementos que son fundamentales en la salud de nuestros huesos: el calcio y la vitamina D atados en la dieta y/o, según los casos, suplementados farmacológicamente. Así se destacó en Madrid en el Sposio Vitamina D y vida saludable, organizado con el patrocinio de MSD, Danone y Grupo Ferrer. Al frente estaban tres grandes popes: el internista Manuel Díaz Curiel y gran especialista en osteoosis y los expertos en nutrición José Manuel Quesada y Gregorio Varela. Acudieron médicos de atención praria, reumatólogos, traumatólogos, rehabilitadotes, internistas, y endocrinólogos y nutricionistas.
Como destacó Díaz Curiel, está demostrado que los suplementos de vitamina D y calcio reducen hasta en un 40% la aparición de osteoosis. La vida moderna no es muy propicia para la prevención de esta enfermedad, sino todo lo contrario: alentación desequilibrada, sedentarismo… De este modo el organismo no llega a obtener el ate necesario de calcio mediante la dieta y ya no digamos de la vitamina D, cuya principal fuente es la energía solar. Así es. Una vez que el sol entra en contacto con nuestra piel empieza a formarse vitamina D. Y ésta es fundamental para la correcta absorción del calcio el intestino y para el manteniento de la función muscular.
El 90% de la vitamina D que necesitamos deberíamos sintetizarla la piel gracia a la acción solar. Y no es así, incluso en un país tan soleado como España. Lamentable. Se esta que, en términos generales, el 70% de la población adulta presenta niveles inadecuados de vitamina D. Y, paradójicamente, se ha observado que los españoles adultos presenta niveles más bajos que los habitantes de países europeos nórdicos como Suecia, Finlandia y Noruega.
De ahí la tancia en numerosas ocasiones de suplementar farmacológicamente la vitamina D, que se puede concebir como una hormona, al mejorar el metabolismo mineral óseo, gestionar el calcio en el hueso y reducir a la mitad el riesgo de caídas y fracturas, así como mantener un buen rendiento neuromuscular. Esto lo decidirá el médico.
De modo que a comer equilibradamente y a pasear bajo el sol praveral.
Mayka Sánchez