- Jornada extenuante en el juicio de la Operación Malaya. La defensa de la ex alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe ha solicitado que se practique una “lpieza mental y física” respecto a las pruebas y ha solicitado (como era previsible), la nulidad de las escuchas y los registros.
GORKA ZAMARREÑO Pablo Luna, conocido letrado granadino, ha sido contundente al afirmar que los pinchazos telefónicos “no estaban suficientemente motivados y fundamentados”. “Como Yagüe participó en una moción de censura, legal, eso ya la convirtió en sospechosa”, ha apostillado el penalista, para quien “se ha hecho un auto de fe, parte del juez”, tras el informe que recibió de la Policía. Luna cree que “hubo irregularidades” en la cadena de custodia de los documentos y sotes informáticos incautados en Maras Asesores, y en la sociedad Helioponto Marbella.
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Lo que olvida el letrado, son las facturas de sendas operaciones de cirugía estética (así como el pago una vivienda en Madrid) que fueron abonadas la promotora Aifos. Esta puesta apunto de chapa y pintura que permiten a la ex regidora lucir un rostro terso y nacarado, se maquinaron en los despachos de Jenaro Briales y Jesús Ruiz, director general y presidente de la promotora Aifos respectivamente, con el objetivo de obtener una resolución favorable en dos convenios urbanísticos. Así consta en un informe de la sección de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía atado al sumario del caso así como otros ingresos de “cash” procedentes de hacer la vista gorda a licencias urbanísticas. Eran momentos de exaltación de la amistad, el champán y las lujosas cenas que se sucedían en el Hotel Guadalpín base de operaciones del Soriano, el Gitano y la Caballé.
Las intervenciones de los abogados se han sucedido en una repetición de argumentos y solicitudes de nulidad de pruebas, escuchas y registros. Las defensas de Andrés Liétor ha llegado a cuestionar la competencia del Tribunal para enjuiciar esta causa y han asegurado que le corresponde a la Audiencia Nacional. La intervención de sus dos abogados ha agotado en varias ocasiones la paciencia del Presidente de la Sala, que ha ordenado a los letrados que no repitiesen los mismos argumentos de manera continua. En uno de estos rifirrafes, cuando el magistrado ha reiterado a la abogada la petición de que no repitiera alegaciones, sino que expusiera argumentos nuevos, la letrada ha recrinado al Tribunal que “si me quita el uso de la palabra, pierdo el hilo de lo que estoy intentando expresar”, a lo que el presidente ha llegado a decirle: “si le sobro yo, me levanto y me voy, que parece ser que es usted la encargada de presidir el juicio”. La sangre no ha llegado al río pero ambos defensores se han ganado el título de “atorrantes del día”.
