España es un país de fútbol. Estados Unidos, también. Pero no del fútbol que conocemos aquí, sino del que se juega con la mano.
Hablo de fútbol americano. Los que me conocen, me preguntan domingo tras domingo que cómo soy capaz de ver un partido de tres horas y media. No lo entienden. Creo que tampoco lo entienden mis amigos de Tiempo de Juego, con los que en su anterior etapa, pude retransmitir con ellos la noche más loca de la radio. Es un dete pensado y para el espectáculo y lo tanto para el espectador. Ambos detes, además del nombre, tienen otra cosa en común: su absoluta rentabilidad para el mundo publicitario.
Hace un par de semanas tuve la suerte de vivir in person y junto a Ted Robinson, uno de los periodistas detivos con más prestigio en EE.U., la International Series (que al raso, y sin el gran aparato de g de la NFL, vendría a ser el partido que se juega anualmente en Europa) entre los Broncos y los 49ers. Más allá del partido (soberbio últo cuarto), me sorprendió el amplíso despliegue mediático y publicitario con el que se vivió. No parecía un partido de liga regular, se asilaba más una Superbowl, la final entre las dos conferencias. La única final a partido único del dete americano que acumula más audiencia que unos Juegos Olímpicos y copa 9 de los 10 programas más vistos de la historia de la televisión estadounidense de los últos años, capaz de reunir a más de 100 millones de personas.
La audiencia es sinóno de reclamo publicitario. Y audiencia es antítesis de crisis. Tanto es así, que esta semana leía en Advertising Age la noticia que a tres meses vista de la Superbowl ya se han vendido todos los espacios publicitarios. Esta será la 45 edición del partido de los partidos. Se jugará el 6 de febrero de 2011 en Arlington (Texas) y nunca, antes, se había comercializado tan rápido. Los escépticos de la televisión podrían hablar de una sobresaturación de mensaje comerciales. Lo cierto es que asociar tu marca al dete es muy rentable. Los precios que ha cobrado la FOX, para el que le interese, oscilan entre 2,8 y 3 millones de dólares… ¡¡¡los 30 segundos!!! ¿Crisis? Quizá. Pero el dete te da una rentabilidad de tu marca posible de igualar en otros escenarios. Y no sólo de televisión vive la publicidad. Imaginaros la cantidad de derivadas que se podrían sacar de aquí. Pero eso daría para otro artículo.
Antes era el circo. Ahora es el dete. América, Asia, África, Europa y Oceanía. Todo gira en torno a una pelota. Da igual que sea ovalada o esférica. Que anoten puntos, goles o touchdowns. El dete, más allá del espectáculo, es rentable para las marcas.
Álvaro Montoliu
Periodista
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