Poco han tardado los hechos en darnos la razón. Mientras los diarios de Madrid comienzan a endiosar a Artur Mas, los republicanos de Puigcercós han comenzado a tirarse los trastos a la cabeza y ditir. Ahora el Kaiser de Esquerra Republicana ya reconoce en público que sus disensiones con Carod le han llevado al fracaso electoral. Benach, la otra pata del banco, ha dicho que se va para dejar paso a otros, sin aclarar que lo puede hacer que disfruta del privilegiado estatus de ex President del Parlament, que no es moco de pavo. Para alguien que no tiene oficio conocido es más que un cuponazo. Montilla también se va, pero a su partido y/o al despacho que se está buscando en el Paseo de Gracia, zona de lujo donde también están los retiros dorados de Jordi Pujol y Pasqual Maragall, aunque este últo muy litado la enfermedad que padece. Mientras, en Convergencia saborean el triunfo recibiendo llamadas de todo tipo y frotándose las manos con la vuelta al poder. El candidato se muestra mas comedido que intuye que los tiempos son muy duros y que no va a poder corresponder con generosidad a tanto demandante de “y de lo mío que”. Además, el Parlament se ha multiplicado en voces que harán mucho mas ruido que en la legislatura anterior, y no lo digo los socialistas, que bastante tendrán con decidir si son mas PSOE que PSC o viceversa, un asunto muy serio con el que Marcelino Iglesias, que es un tipo sensato, anda bastante preocupado. En fin, que hemos entrado en un tiempo nuevo en Catalunya donde soplan vientos de Concierto Económico y de independentismo, dos temas con los que no se debe frivolizar que vienen dados, entre otras cosas, una manifestación multitudinaria que muchos en Madrid llegaron a minizar.
Manuel Fernando González
Editor y Director