Parece haberse desdibujado el papel de la familia y en muchos hogares no están los padres cuando los niños llegan del colegio. Hay otra persona que les prepara la merienda, les cuida e incluso les puede ayudar a hacer los deberes. Pero para ellos nunca será lo mismo que papá y mamá. De ahí que muchos niños reclamen la atención de sus padres cuando éstos llegan a casa agotados del trabajo.
Otro tanto sucede, según los mismos especialistas, con el profesorado, que ha perdido gran parte de su autoridad. Por su suerte, ya no existen los maestros que pegaban con la regla y castigaban de pie frente a la pared. Pero ahora se diría que nos hemos pasado al extremo contrario y no sólo no se les hace ni caso, sino que se les desobedece, se les desafía, incluso a veces se les llega a insultar…
Si además no hay conexión estrecha y en acuerdo entre familia y colegio en cuanto a la educación del niño, surge la desorientación, el fracaso escolar, la rebeldía…, actitudes negativas en función de la edad, que son la llamada de atención de que algo falla.
Todos los expertos coinciden sin vacilación que en la educación de la hijos debe haber una relación armónica y continua entre padres y educadores. Sólo así se pueden prevenir muchos problemas psicoeducativos y solucionar precozmente los que pudieran surgir.
Mayka Sánchez










