Según distintos estudios, la mortalidad del cáncer irá en descenso en las próxas décadas, sin embargo, en apenas veinte años se duplicará el número de diagnósticos. Si en 2008 se detectaron 12 millones de nuevos casos al año, para 2030 se calcula que la cifra llegue a los 27 millones. Además, más del 60 ciento de las muertes se calcula que ocurrirán en países en vías de desarrollo. El reto para entonces será tratar el cáncer como una enfermedad crónica.
No todos los cánceres son iguales. Incluso en cada tipo de cáncer se dan diferencias. Las causas genéticas, ambientales o estilo de vida, el diagnóstico, la progresión… todos ellos son factores que hacen que cada diagnóstico de cáncer sea distinto. La diferencia es precisamente el elemento en el que se basa la medicina personalizada, la gran revolución en el tratamiento del cáncer, y la genética se ha convertido en pieza fundamental.
La medicina personalizada busca desarrollar fármacos en base a las diferencias genéticas de cada persona. En estas diferencias genéticas es donde se aprecian la susceptibilidad de un individuo a una enfermedad concreta o la eficacia de los medicamentos en el tratamiento. Según ejemplifica el doctor Jesús GarcíaFoncillas, director del departamento de Oncología y radioterapia de la Clinica Universitaria de la Universidad de Navarra ‘no todos los pacientes diabéticos son iguales, ni deben tratarse igual‘, una afirmación extrapolable a los Pacientes con cáncer. En este sentido, GarcíaFoncillas apunta que ‘el prer paso para conseguir buenas estrategias terapéuticas plica una profunda labor de investigación en el conociento de esta enfermedad desde la vertiente básica y clínica’.
Visto así, un análisis genético de un Paciente diagnosticado de cáncer podría darnos las claves para administrar un correcto tratamiento al paciente. Pero eso sería en un escenario hipotético, muy alejado de la realidad del sistema sanitario público español. ‘No es fácil plementar análisis genéticos en la práctica clínica habitual’, reconoce el doctor GarcíaFoncillas, y mucho menos en un escenario de recortes en el gasto sanitario. Pero como apunta el doctor GarcíaFoncillas, ‘no es tema de gasto, sino de dirigir bien las inversiones. Más caro no significa mejor’.
La medicina personalizada sigue siendo, a día de hoy, algo de lo que muchos hablan y pocos hacen. Así, el doctor García Fondillas ejemplifica que actualmente el 80 ciento de los tratamientos son empíricos, un 19 ciento estratificado, y tan sólo un 1 ciento personalizado.
En este escenario el análisis genético sería una manera de optizar recursos, pero hasta que las pruebas genéticas lleguen a la realidad de la práctica clínica, la nanotecnología se avecina como el futuro en el tratamiento de muchas enfermedades, incluidas el cáncer. Por el momento la nanotecnología ha permitido identificar los biomarcadores plicados en el desarrollo de la enfermedad. Así se han creado dispositivos capaces de detectar las alteraciones moleculares causantes, en este caso el cáncer, y a partir de ahí comenzar con una determinada línea de tratamiento, es decir, utilizar ejemplo, uno u otro fármaco.
El cáncer de mama es uno de los tumores, que su incidencia, más literatura e investigaciones se han realizado, y donde los marcadores de tipo genético juegan ya un papel decisivo en el tratamiento de los pacientes. La molécula EGFR está plicada en el desarrollo del cáncer de mama, y se ha demostrado que cuando se producen alteraciones genómicas de estas células se puede hacer un diagnóstico diferencial. En el cáncer de mama, según el perfil genético, se pueden establecer tres valoraciones genéticas de la enfermedad. Así, el tipo de mutación que se haya producido en el FGR supone que el paciente se pueda tratar con un fármaco distinto. Ahora mismo, los casos de cáncer se pueden dividir en dos clases: HER2+ o HER2. Esta diferenciación permite que el 25 ciento de los casos en los que se produce la mutación HER2+ se utilice sólo el tratamiento con el fármaco Herceptin, que actúa de manera positiva en estos tipos de tumores
Pero no todo parece tan sple. Según GarcíaFoncillas, ‘España cuenta con una excelente investigación en el conociento de los eventos genéticos y moleculares que caracterizan el cáncer, pero no contamos con un desarrollo al mismo nivel en el aspecto farmacológico’ lo que los fármacos específicos aún tardarán en llegar.
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