En la Tierra a miércoles, noviembre 13, 2024

Roca y Muñoz confiaban en la ‘legalidad’ de lo que Gil proponía

  • CRÓNICAS DEL HIMALAYA La últa sesión del juicio del ‘caso Malaya’ antes de la obligada pausa las vacaciones navideñas ha traído consigo las declaraciones de Juan Antonio Roca y el ex regidor, Julián Muñoz.

 

GORKA ZAMARREÑO (ENVIADO ESPECIAL A MÁLAGA) El juicio comenzaba con el interrogatorio del ex gerente de Planeamiento 2.000 parte de su abogada. El prer moviento ha consistido en rebatir las afirmaciones sobre el estado ruinoso en el que se encontraba cuando fue contratado en el Ayuntamiento. Roca ha declarado que “no llegué a Marbella con una mano delante y otra detrás. Tenía 1.000 millones de pesetas producto de mis actividades empresariales.” Esta fortuna fue fruto de varios negocios que supuestamente puso en marcha desde su llegada al municipio, en 1984.

 

 

Según ha declarado, no sería hasta 1989 cuando conoció a Jesús Gil, al que le adquirió dos viviendas en el edificio Poseidón, eso sí, a través de dos sociedades gibraltareñas.  Jesús Gil y Roca fueron socios en una promoción inmobiliaria. En 1992 sus servicios fueron requeridos para dirigir la sociedad municipal Planeamiento 2000 S.L. donde se pergueñaba el día a día urbanístico de Marbella. El supuesto cerebro de la trama Malaya ha manifestado que en 1987 compró el 20 % de la sociedad Los Altos de Gualdamina ” 14 millones de pesetas” y “antes de entrar en el Ayuntamiento de Marbella, en 1992, la vendí 200 millones de pesetas”.

 

Roca se ha manifestado molesto los comentarios que se han realizado sobre su persona. “Se me ha situado como un tipo excéntrico y sin escrúpulos, que mata anales y les corta la cabeza y los diseca”. La defensa de Roca ha intentado restar tancia al poder que éste ejercía sobre los funcionarios del Ayuntamiento, hecho denunciado el abogado Jorge González, ex jefe de los Servicios Jurídicos de Urbanismo y que puso en conociento del juez Miguel Angel Torres las actividades delictivas de Roca.  Esta declaración colisiona con el aparato de ocultamiento y espionaje que Roca había montado en el Ayuntamiento así como sus brabuconadas cuando declaró ante Torres y donde llegó a decir “Yo en Marbella soy Dios”.


Julián Muñoz ha seguido en el orden de declaraciones. Su línea argumental ha pasado inculpar a Jesús Gil en las actividades urbanísticas ilegales. De este modo, ha asegurado que él se litaba a firmar convenios y no a dictarlos ni negociarlos, y ha apuntado que seguía “instrucciones de Jesús Gil”, entonces alcalde. “He firmado prácticamente en todos los sitios, en el Club Financiero, en el Ayuntamiento, en notarias, en el capó de los coches y lógicamente algún convenio habré firmado también en Planeamiento”.

 

Cachuli ha calculado que firmaría alrededor del “90 o 95% de los convenios urbanísticos y que lo hacia en “una confianza plena en Gil nunca pensé que se pudiera estar haciendo nada ilegal”  ya que “estaba convencido de que eran legales“.

Muñoz demuestra tener una memoria selectiva ya que “no recuerda” las múltiples causas abiertas contra el urbanismo de Marbella desde el 2001, pero tiene claro que “sí es cierto que lo he sufrido en mis cas, con razón o sin razón, pero me he comido tres años en la cárcel”.

 

Así mismo, Muñoz ha afirmado que Roca no tenía nada que ver con el urbanismo de Marbella, ya que esta área y la empresa Planeamiento 2000 estaban completamente separadas en el organigrama municipal. Respecto al convenio de “Crucero Banús” ha declarado que no recordaba la firma de dicho documento debido a la cantidad de acuerdos que suscribía y de los que no hacíua seguiento. “No he intervenido en nada de la gestión del convenio, splemente he estampado mi firma”, ha dicho con rotundidad Muñoz.

 

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