Ahora que se ha muerto Luis Mariñas que puso la pica en el Flandes de la información televisiva cuando Television Española pasaba el dificil Rubicón de la dictadura a la democracia, todos lloramos su inesperada marcha y rezamos tan buen periodista y mejor persona. Y tras su óbito, nos quedan las incertidumbres del día a día, de las que nos ocupamos con esa especial pasión que el compañero ponía en su trabajo, tan lleno de sentido común y buenas formas, que supo llevar también a la recién nacida Tele 5 a la que ató su credibilidad y prestigio personal, en una programación en la que los informativos estaban rodeados de mamachichos o humoristas de insuperable inteligencia. Nada que ver con lo que hoy es la cadena de Vasile, del cual ya escribos ayer con evidente claridad. Mariñas fue un icono que, con el paso de los años, ha permanecido en la retina de los y las televidentes que lo idolatraban, enamoradas de su notable parecido físico con el actor hindú Kabir Bedi que protagonizaba entonces el mítico personaje de las novelas de Emilio Salgari: Sandokán. Con notable sentido del humor, llevaba Luis, este sambenito de sus numerosas fans, que no mermaba ni un ápice el prestigio adquirido, que le hizo moderar el segundo debate entre Felipe González y Jose María Aznar de borrable recuerdo. Su gran corazón le ha jugado ayer una mala pasada y su repentina muerte nos ha dejado a todos tristes y con los ojos llorosos. Descanse en paz.
Manuel Fernando González
Editor y Director
