Los estudiantes de Farmacia deben tener presente desde los inicios de su formación la tancia que tiene desarrollar una buena comunicación, tanto con los pacientes como con los profesionales médicos. Para ello es prescindible mejorar y reciclar sus conocientos y habilidades para lograr una atención farmacéutica eficaz. Con este objetivo se ha celebrado la III edición del curso, dirigido a estudiantes de Farmacia, ‘La Comunicación en el entorno asistencial’, organizado el Decanato de Farmacia de la Universidad de Alcalá con la colaboración de la Fundación Pharmaceutical Care España y la Fundación AstraZeneca.
Según confirma Carmen Alberola, vicepresidenta de la Fundación Pharmaceutical Care España, ‘numerosos estudios demuestran que la eficacia del tratamiento y su adherencia al mismo, sobre todo en enfermos con patología crónica, mejora cuando el profesional mantiene una actitud de escucha activa, afable, amistosa, educada y con apoyo emocional y el paciente puede exponer sus expectativas y participar activamente‘. Este es precisamente uno de los resultados positivos que dan muestra de la tancia de cursos como este. Aunque también hay que tener en cuenta otros factores que influyen en la relación entre pacientes y boticarios, como las barreras lingüísticas, las culturales o las emocionales, respecto a las cuáles María José González, vicedecana de Convenios y Prácticas Tuteladas de la facultad de Farmacia, afirma que ‘hemos de reconocerlas y manejarlas para actuar de forma adecuada’ .
El curso, eminentemente práctico, desarrolla como la comunicación en la práctica clínica es determinante para la relación que se establece entre los profesionales farmacéuticos pacientes y, finalmente, para que la atención farmacéutica sea eficaz. Para conseguirlo, González ha enumerado una serie de puntos básicos: ‘el profesional debe integrar los cuatro aspectos que van a determinar su competencia profesional: los conocientos científicos, los conocientos técnicos, la habilidad para tomar decisiones y las habilidades de comunicación’. Mientras que Alberola ha enumerado las ventajas que tiene para el profesional conocer estos aspectos: ‘mayor probabilidad de conocer el problema del paciente, mayor adherencia del paciente al tratamiento, mejor gestión del tiempo y menor desgaste personal’.
Según los estudios realizados los pacientes valoran cuatro conceptos en un farmacéutico: su cordialidad, su empatía, que tenga una reactividad adecuada y que sea asertivo. a partir de estas características ya serán los propios boticarios los encargados de desarrollar una serie de técnica y habilidades comunicativas orientadas a cumplir los objetivos de cualquier encuentro entre un profesional sanitario y un paciente.
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