Mi hijo no tiene un vaso de leche con que poder desayunar mañana martes antes de ir al colegio. Se dice fácil, pero es la pura realidad. No es el prero ni el único niño que en este mundo tan convulsionado no cuenta con este apreciado alento. Por suerte y gracias a Dios, desde el pasado 13 de julio que nos trajeron a la tierra de mis antepasados, esto ha ocurrido en pocas ocasiones. Siempre hemos tenido la mano amiga de algún compatriota cubano desde alguna parte del mundo o de un español, salido no sé de donde, de esos que nosotros los cubanos llamamos ‘de a pié’, sples obreros, gente que suda la camisa, solidarios y afectuosos para con el prójo.
Desde nuestro arribo a Madrid han sido la Cruz Roja Española, la Comisión Española de Ayuda a Refugiados y la Asociación Católica Española para los Refugiados quienes fueron designadas para nuestra atención. En honor a la verdad, nunca ha sido ni medianamente una atención eficaz, ética, técnica ni humanamente correcta. No les echo la culpa a sus trabajadores. Ellos cumplen órdenes. Al igual que en Cuba ‘todo viene de arriba’ y nadie asume responsabilidades.
Prero nuestra estadía en el Hostal Welcome una ironía de nombre para este lugar espacio de varios meses, sin apenas cumplentar nuestras necesidades más perentorias de orientación social, psicológica y médica como está establecido; después las trabas, evasivas, demoras e incumplientos en las prestaciones asignadas.
Es muy difícil llegar a fin de mes con un euro en el bolsillo, cuando solo te asignan la cifra de 171 Euros mensuales persona para pagar alentación, agua, eléctricidad, calefacción, gas, aseo personal, útiles de lpieza y demás. Saque usted las cuentas y de seguro estará de acuerdo en que hasta el propio Albert Einstein tendría que inventar para cuadrarlas. Pero no pido nada. Este es el pago del destierro forzado pactado entre el régen totalitario que desgobierna Cuba desde hace más de 50 años y el gobierno español.
Todo en la vida tiene su explicación. Los cheques asignados con nuestras prestaciones debieron ser entregados hoy, pero esas cosas de la vida, no habían llegado de las oficinas centrales de las ONG antes señaladas. Según el trabajador social José Antonio Tapia Casado y la responsable administrativa de la oficina de la Cruz Roja Española, sita en Pozas 14, ‘es un favor que ellos nos hacen al entregarnos los cheques el día antes de vencerse el mes’.
Puede que el inconveniente sea motivado esas razones burocráticas que tanto ocurren en toda Iberoamerica herencias del pasado colonial, o quizá, no lo dudo, tiene su trasfondo político muy bien marcado e intencionado de entorpecer la buena marcha de nuestra obligada estadía en suelo español. No vine a España voluntad propia, ni salí de Cuba después de una noche loca en una discoteca o estar contemplando el azul turquí que delita la línea del horizonte desde el muro del malecón habanero. LLegué después de más de 7 años tras una reja oponerme a la dictadura que opre a la Mayor de las Antillas hace más de 50 años. La misma que tiene congelados, desde febrero de 2008, los bienes de todos los inversionistas extranjeros en la isla, donde los españoles ocupan el prer lugar y cuyo gobierno en lugar de defender esoos intereses, trata de hacer creer ante los demás miembros de la Unión Europea que en Cuba existen cambios hacia la democracia, la libertdad y el respeto a los derechos humanos. Sple ironía y ceguera ofical de Estado.
Nada pido, nada exijo, solo que seamos tratados con un poco de respeto, humanidad y dignidad. Deseo trabajar, pero hasta eso se nos niega. Prefiero contribuir a tener que recibir. A mis 66 años de edad bien cumplidos y a pesar de mis enfermedades no podré destrozar el récord mundial de los 100 metros planos de Usaín Bolt, pero de seguro no soy el últo en arribar a la meta entre los de mi edad, e incluso mucho más jovenes. Mentalidad, capacidad, experiencia laboral y deseos me sobran, pero en cuanta convocatoría me presento para ocupar una plaza de trabajo, la respuesta es la misma: ‘su curriculum es muy bueno, pero siempre pero usted sobrepasa la edad obligatoria de jubilación’.
Por suerte mi pequeño Emmanuel, a punto de cumplir 6 años de edad, y los hijos en edad escolar de mis hermanos de lucha desterrados en España, asisten a la escuela y disfrutan de sus beneficios gracias a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien nos tendió la mano al comenzar el presente curso escolar, cuando las tres ONG nos tenían sin atención de ningún tipo.
Es lamentable que ocurran situaciones de este tipo, pero nada de lo que sucede es obra de la casualidad. Doy vivas al pueblo español. De seguro que mis abuelos, uno canario y otro gallego, estarían orgullosos de sus paisanos, pero desconozco cuanto dirián de sus gobernantes. ¡Vaya usted a saber!
Una isla perdida en el mar
JULIO CÉSAR GÁLVEZ
Periodista
Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75