- INCLUYE AUDIO prnoticias ha hablado con el corresponsal de El Mundo David Jénez, uno de los pocos periodistas que ha permanecido en Fukusha hasta hace apenas unas horas para informar de lo que ocurría en la ciudad fantasma.
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DÉBORA RAMÍREZ David Jénez, corresponsal de El Mundo, ha atendido a prnoticias cuando aún estaba dando los últos retoques a su próxa crónica. Se muestra tranquilo pese a haber estado hasta ayer en el foco de la crisis nuclear y nos cuenta cómo se está viviendo en Japón.
Algunos de tus compañeros han huido ¿La situación es realmente de peligro para los periodistas?
Yo creo que en cualquier crisis la decisión de quedarse o marcharse es muy personal. Yo respeto la decisión de quienes se han marchado, que han sido una mayoría. Yo tomé la decisión de quedarme calibrando los riesgos. Me pareció que, aunque había un riesgo de que la central explotara, con ciertas medidas de precaución se podía continuar. Me da mucha rabia marcharme de una historia cuando todavía merece la pena seguir contándola.
¿Cuántos periodistas seguís en Fukusha?
En Fukusha no queda nadie. Hace tres días se marcharon la mayoría de los periodistas. Me quedé con un periodista británico que también se ha marchado. He estado hasta ayer, he dejado Fukusha. La situación parece que ya está controlada en la central.
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Algunos españoles que residen en Japón se quejan de que los medios españoles están alarmando demasiado ¿Qué opinas?
Los periodistas nos encontrábamos con una situación nueva. El hecho de que incluso periodistas que han cubierto guerras y revoluciones y que están muy experentados hayan decidido marcharse demuestra lo novedoso que era vivir una crisis nuclear como esta. Ha habido de todo: medios más comedidos y medios que han pecado de sensacionalismo. Esto ocurre en todas las historias. Por ejemplo en mi caso la decisión de quedarme en Fukusha se basó en la opinión de los expertos. Muchos periodistas nos metos miedo unos a otros, hubo un momento de pánico en el que muchos se alejaron de la zona o incluso huyeron del país cuando realmente no había necesidad, que aunque había un riesgo de que la central explotara o que la situación se agravara no creo que fuera tan dramático como para tomar esas medidas.
Se ha destacado la tranquilidad de la población pese a la situación ¿Continúa la tranquilidad a estas alturas?
En toda la crisis los japoneses han estado más tranquilos que los extranjeros. Es cierto es que una de las razones de que eso sea así es la prensa. Es muy curioso ver cómo la prensa japonesa ha cubierto el terremoto, el tsunami y la crisis nuclear. Son muy poco dados al sensacionalismo. No ves cadáveres en la televisión, aunque vas a los pueblos y están todas partes, pero ellos prefieren no mostrarlos. Tratan de informar sobre todo, no intentan causa una sensación o un pánico en la población, o alarmar, sino darles los datos que necesitan para que ellos juzguen cuál es la situación.
La intervención en los medios del emperador en Japón ¿Cómo se ha tomado la población?
Fue significativo que es la prera vez desde que subió al trono que hablaba televisión para dirigirse al pueblo. Pero yo creo que es una figura, aunque respetada, que no pinta demasiado y sus palabras no son tan tenidas en cuenta como para que hubiesen cambiado lo que la gente sentía en ese momento.
¿Los medios japoneses informan lo suficiente? Algunos japoneses se quejan de que falta información
Los medios japoneses han informado suficiente teniendo en cuenta los datos y la información que ellos tenían. Los que han fallado han sido el Gobierno y la empresa que gestiona la central nuclear. Al principio intentaron minizar los daños y cuando eso ya no fue posible daban una información siempre retrasada. Esto contribuyó al miedo tanto en la población japonesa como fuera de Japón, el hecho de que el Gobierno no administrara bien la información.
¿Se fían los japoneses del Gobierno?
Yo creo que no se fían para nada. Si hay una cosa que te dicen todos los japoneses es que no se creen lo que dice el Gobierno. Incluso en Fukusha, donde he estado varios días, una de las razones de que la ciudad estuviese desierta y todo el mundo estuviese encerrado en sus casas era que no se fiaban de la información que daba el Gobierno. Sólo cuando una emisora de radio local empezó a informar con entrevistas a expertos de cuál era el daño posible que podía causar la radioactividad, entonces la gente empezó a salir de sus casas y la ciudad cobró un poco de vida. Antes la gente desconfiaba muchíso.
¿Están los japoneses abiertos a hablar con los medios?
Como en cualquier sitio, están dispuestos a hablar con los periodistas y sobre todo en estas situaciones de desastres naturales en las que la gente necesita contar sus historias. Pero lo hacen con un pudor especial. No te muestran el dolor como lo harían en otros sitios, no que no lo sientan, sino que prefieren mostrarlo en la intidad.
Seguiremos informando…