En la Tierra a domingo, septiembre 29, 2024

UNA ISLA PERDIDA EN EL MAR. Metiendo miedo

El próxo día 16  la Plaza de la Revoluión de La Habana volverá a temblar con el paso destructor de los tanques y los pesados cañones. Se agilizan los arreglos cosméticos de las calles, la pintura de las fachadas de los edificios gubernamentales, se montan los cientos de altavoces que difundirán el discurso cansino y repetitivo de un nuevo aniversario de la victoria de Playa Girón, para dar inicio al Congreso del Partido Comunista de Cuba, prero que se celebra en el presente siglo. El anterior se había realizado en 1997 bajo el mandato de Fidel Castro.

 

La fecha de la celebración del congreso del 16 al 18 del presente mes está bien pensada. Se matan tres pajaros de un tiro, uno más de lo que dice el viejo refrán. Prero festejan un aconteciento militar con un acto de despliege y fuerza militar, cuyo principal objetivo es atemorizar a la población cubana, o sea meter miedo. De no sacar un conejo de debajo de la manga, las fuerzas armadas cubanas solo cuentan con material bélico anticuado procedente de la desaparecida Unión Soviética, atrasado para una guerra convencional, pero más que moderno y bien abastecido para arremeter llegado el momento contra el pueblo cubano. Segundo, dan un mensaje a toda la población de que los militares son quienes tienen la sartén el mango en estos momentos y no piensan ceder terreno alguno en sus intenciones sucesorias. En tercer lugar, en su demostración de poder, anuncian al mundo entero, que los cambios dentro de Cuba es un puro espejismo. Una fantasía utópica de quienes todavía no son capaces de comprender que la isla es un retroceso a la época de las cavernas.

 

Cuando la democracia avanza, a la par que el desarrollo económico y social en América Latina y los pueblos opridos y sojuzgados en el mundo árabe se rebelan en contra del totalitarismo, aún persisten gobiernos ‘llamados democráticos’ que mantiene las mejores relaciones con la dictadura de los hermanos Castro. Los ejemplos sobran. No hace falta mencionar a ninguno su nombre propio.

 

Tras la visita a la isla del expresidente estadounidense James Carter la escalada represiva contra blogueros y disidentes pacíficos dentro de Cuba se ha intensificado. Esto no es nuevo, ahora toca el turno de la represión antes, durante y después de la celebración del Congreso del Partido ‘para que todo esté tranquilo y nada moleste la reunión de los comunistas cubanos’. Parece irónico, pero es la pura realidad de lo que tiene que sufrir el pueblo cubano. Mientras el régen anuncia la excarcelación de una nueva oleada de prisioneros políticos. Ratifican ahora que son presos políticos, mientras antes se negaban a hacerlo. ¿Es que alguien los obligó? Es una jugarreta del Socialismo Tropical Cubano. Es una de las formas de lograr cosas del entramado político que les permita mantenerse más tiempo en el poder, que es a lo único que aspiran.

 

Espero que en la lista de presos políticos a excarcelar,  anunciada la Iglesia Católica Cubana, se encuentren los nombres de Rolando Sarraff. Esto Borges, Rafael Ibarra Roque y muchos más, hasta sumar cerca de trescientos. Es necesario levantar la voz y denunciar al mundo entero el peligro que corren los hombres y mujeres que languidecen entre los barrotes de las mazmorras castristas pensar y querer una patria libre y soberana. Ahora es el momento, no después del paso de los tanques la Plaza Cívica de La Habana, a la que Fidel Castro, en su afán de apropiarse de todo lo establecido y hecho en Cuba antes de su arribo al poder, hasta le cambió el nombre.

 

Una isla perdida en el mar

JULIO CÉSAR GÁLVEZ

Periodista

Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75

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