07/04/2011 ENTREVISTA PRLATAM Tras los bloqueos sindicales de Clarín y Olé, hace dos domingos, y de La voz del interior y Día a Día, también pertenecientes al Grupo Clarín, el domingo pasado, prlatam ha entrevistado a Darío D’Atri, director de Clarin.com que se convirtió en sustituto de la edición en papel censurada.
ROSARIO GARCÍA CRESPO. ¿A qué hora fueron conscientes de que Clarín no va a poder salir a la calle? El gobierno quiere desligarse de esto, pero la agencia oficial, Télam, publicó a las 22.35 del sábado un cable en la que se decía que la planta de Clarín estaba bloqueada, pero el bloqueo comenzó una hora después, es decir, que hicieron periodismo de anticipación. El bloqueo terminó a las 12.30 del domingo; duró unas 13 ó 14 horas. Esa noche yo no dormí. A las dos o tres de la madrugada comenzamos a armar la home de Clarin.com y resolvos que todos los contenidos fueran circulando ella. Dedicamos los dos preros scrolls a las noticias del bloqueo que se generó una enorme indignación de parte de los ciudadanos. Dos mucha tancia a la cobertura del bloqueo con notas en la calle, opiniones, encuestas, análisis políticos. No había pasado desde la vuelta de la democracia en Argentina que a un diario se lo censurara.
¿Os sorprendió que Clarin.com aumentara exponencialmente su número de visitas ese domingo o fue una estrategia planeada? No fue una estrategia planeada. El bloqueo nos tomó sorpresa; tuvos casi 800.000 diarios que tirar a la basura. Lo que hicos cuando vos que no íbamos a poder distribuir el diario fue activar un mecanismo para que los contenidos del papel estuvieran en Clarin.com y que tuvieran una rotación distinta. A diferencia de otros domingos, pusos en un segundo nivel las notas del día y, hasta bien avanzada la tarde, no dos espacio a temas que serían normalmente tantes, como el fútbol. Rotamos los temas del papel mucho más para que la gente pudiera verlos y, hacia el final de la noche, hicos una especie de resumen de los temas más destacados. También colocamos el PDF completo de la edición papel aunque, su peso y teniendo en cuenta que casi nadie tiene banda ancha en Argentina, para la mayoría sería posible descargarlo, y generamos un password gratuito para que los lectores pudieran acceder a la edición electrónica de pago.
¿Las noticias más leídas de ese domingo fueron las relacionadas con el bloqueo? Sí, absolutamente. Era un domingo de puente, así que habríamos tenido unos 650.000 visitantes únicos y tuvos alrededor del millón. El lunes, con la gente de regreso, tuvos un pico mucho mayor de visitantes únicos, del orden del millón y medio. La noticia del bloqueo, sin duda, tapó las noticias que tenía el diario.
Otros países del continente tienen más experiencia en burlar la censura a través de intet. ¿Crees que lo ocurrido va a hacer que el Gobierno tenga en cuenta la red a la hora de intentar acallar a los medios? Si no lo habían hecho, pecaron de una inocencia absoluta. El gobierno, otro lado, está plagado de ministros que pasan más tiempo twitteando, muchas veces tonterías, que dedicándose a las tareas del gobierno. Este ejecutivo de la boca para afuera reconoce que intet es una suprarrealidad que todo lo inunda, con lo cual suponer que va a censurar un diario que pide ‘solamente’ la salida de sus ejemplares es un error. Cualquier gobierno que intente alguna forma de censura sabe que se enfrenta a mecanismos terriblemente accesibles, fáciles, dinámicos y que muchas veces generan un efecto multiplicador enorme. Es un tanto inocente suponer que puedan censurar un medio. Eso no quiere decir que nos vayamos a quedar tranquilos y decir no ta que nos censuren o bloqueen que tenemos intet. El hecho de que el diario no saliera fue de una gravedad terrible.
¿Ha tomado Clarín medidas legales? Sí. La noche del bloqueo hubo una serie de medidas inmediatas. Se pidió al fiscal que ordenara el desalojo de la gente que pedía la salida de los camiones. El fiscal dio la orden a la policía que, a los dos días, argumentó que tenía el número equivocado del fiscal lo que no había podido localizarlo. Fue una situación que si no fuera dramática en términos políticos, sería muy divertida en una novela. Fue muy tragicómico.
Ayer comenzó la Asamblea de la SIP en la que se hablará del bloqueo ¿Son vinculantes las decisiones que se tomen allí? No es vinculante en términos legales, pero para un gobierno abierto a lo que opine la comunidad y preocupado la opinión pública sí sería vinculante. La realidad es que el gobierno de Argentina ha mostrado poco interés en eso. Dice que la SIP representa a compañías capitalistas de grandes medios. El gobierno está encerrado en sí mismo frente a la comunidad internacional. Argentina ha perdido un rol protagónico que tenía en América Latina pero eso no parece interesarle al gobierno. Dicen que están defendiendo posiciones de principios y con la SIP mantienen esa actitud. El hecho que Argentina esté asociada hoy a Venezuela en lo que es la relación con los medios le hace poco favor al manejo de un país en el que todos nos enorgullecemos de tener una libertad ganada a fuerza de muchas vidas durante la dictadura.
Hugo Chávez recibió la pasada semana un Premio a la Comunicación en la Universidad de la Plata ¿Es un indicador del modelo de comunicación el que apuesta Argentina? Lo que ocurrió fue interesante, al margen de la brutalidad de darle a Chávez un premio a la libertad de expresión; un premio que han recibido grandes periodistas en otras épocas. El rector y muchos estudiantes no estuvieron de acuerdo. El gobierno se dio cuenta de la magnitud que había tomado el caso a nivel internacional y ocurrieron dos cosas interesantes periodísticamente hablando: un lado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, no estuvo en el acto y se manifestó en contra del premio y del bloqueo; otro, aunque se trataba de un premio a la libertad de expresión, se prohibió la entrada a todos los canales a excepción del Canal 7 y del canal venezolano. Lo interesante es que Canal 7 levantó la transmisión del acto y los larguísos discursos de Chávez y puso en su lugar un interesantíso documental de elefantes. Yo creo que el gobierno se dio cuenta de la brutalidad de darle a Chávez un premio a la libertad de expresión.
El CPJ dice que en Argentina no existe el periodismo independiente, sino medios kircheristas y antikirchneristas ¿Es Clarín un periódico independiente? La idea de un periodismo independiente y objetivo es complicada de sostener en los hechos. Uno cuenta realidades y para ello busca focos, establece jerarquías que necesariamente van a plicar una toma de postura. Una cuestión es esta dificultad de narrar la realidad de una manera innocua y otra es lo que ha ocurrido en Argentina durante los últos tres años y medio con un gobierno que ha desatado una guerra sin cuartel contra el Grupo Clarín para su elinación como fuente de crítica a la acción de gobierno. Todos los días tenemos una noticia nueva que nos involucra con nombre propio. El ex presidente Néstor Kirchner acuñó frases como ‘Clarín miente’ o ‘¿Qué te pasa Clarín?’ y las calles siguen pintadas en contra de Clarín. El periódico ha tratado de reflejar eso con la mayor objetividad posible diciendo: ‘el gobierno dice esto. Clarín piensa esto otro’. ¿Esto ha afectado la forma de hacer periodismo? Por supuesto. El domingo del bloqueo, ¿qué hubiera sido objetivo que yo contara en los preros scrolls noticias sobre fútbol o que contara el bloqueo? Yo decidí contar el bloqueo. Es evidente que está condicionando la forma de hacer periodismo esta brutal batalla que el gobierno está haciendo contra Clarín. Pero de ahí a decir que existen dos bandos, yo no estoy de acuerdo. Claramente existe un grupo de periodistas y de medios que tratan de mantener la objetividad ante esta locura que se ha instalado en Argentina. También hay medios oficialistas. El gobierno nunca ha gastado como ahora en financiar a medios y periodistas. Ha gastado más de 1.500 millones de pesos en publicidad y financia a periodistas que tienen programas que ven sólo 3.000 personas.
Dos bloqueos contra el Grupo Clarín en dos semanas. ¿Estamos ante una nueva estrategia que se va a repetir? A siete meses de las elecciones, que en Argentina se ganan la clase media que se muestra muy susceptible a este tipo de atropellos, cualquier niño de sépto grado le diría al gobierno: ‘no ofendas a la clase media’. Sin embargo, el gobierno va en contra del sentido común, lo que puede mantenerse ese nivel de irritabilidad y de agresión. Por otro lado, el gobierno hay muchas cosas que no las controla. Desde la lógica política no debería volver a pasar.
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